Desde el área de ecofeminismo de Ecologistas en Acción de Extremadura queremos aprovechar este 8M para visibilizar con un lenguaje cercano, concreto y claro las reivindicaciones que tantos años hemos llevado a cabo, porque queremos llegar a todo tipo de mujer: trabajadora, rural, urbana, migrante, jornalera, cuidadora, etc.

Queremos que todas entendamos la importancia de nuestro trabajo diario, el por qué se nos mantiene a un lado, se nos silencia, se nos desvirtúa, se nos agrede, se nos invisibiliza, se nos utiliza sin reconocer la valía de lo que somos y lo que representamos en esta sociedad patriarcal y capitalista.

La sociedad y el patriarcado nos considera marionetas que mueve a su antojo con ideas retrógradas que legitima la dominación para decidir sobre y por nosotras, naturaliza trabajos de cuidados para no ser asumidos socialmente, invisibiliza nuestros logros tan solo por ser mujeres, nos hace culpables y responsables de las violencias que sufrimos, nos discrimina por razones de raza o género, nos niega derechos laborales por considerarnos inferiores, decide sobre nuestros cuerpos llegando al castigo como escarmiento y así, una larga lista.

A la sociedad no le gusta que las mujeres elijamos y seamos libres ante las obligaciones de los cuidados acusándonos de malas madres, malas hermanas, malas hijas, en definitiva, de malas mujeres. Nos quieren esclavas, sumisas, sin voz, sin opinión, siempre dispuestas y con una gran sonrisa cuando se nos reclama.

Por eso, desde Ecologistas en Acción de Extremadura este 8 de marzo queremos comunicar con un lenguaje que llegue a todas lo que como Ecofeministas reivindicamos y exigimos:

Que en los centros de servicios públicos, comedores de colegios, hospitales, etc., se consuman productos ecológicos y de proximidad respetando el modelo productivo propuesto desde una economía feminista.

Que se elimine o controle la agricultura y ganadería intensiva que nos impone productos insalubres, además de ser sectores muy masculinizados, porque esto impide el desarrollo de otros modelos agrícolas más saludables y con mayor protagonismo de las mujeres.

Que las mujeres seamos protagonistas en un sistema agroecológico promoviendo un modelo de soberanía alimentaria donde ocupemos papeles centrales y no subsidiarios.

Que la mujer rural deje de ser invisible y ocupe el lugar que le corresponde.

Que las mujeres participemos en una transición energética sostenible como respuesta a la crisis de energía y en un reparto justo de los recursos existentes.

Que se ponga fin a proyectos extractivistas y megaproyectos como macrovertederos, minas, etc, que expolian los recursos locales del pueblo extremeño y que solo sirven para destruir nuestro entorno natural y la vida de la comunidad.

Que exista una red de transporte real que una y vertebre a toda Extremadura y con un tren que permita la comunicación interna y con el resto de comunidades.

Que los pueblos y las ciudades se diseñen de manera sostenible y segura para facilitar el trabajo de cuidados (todavía en manos de muchas mujeres) y responda a las necesidades de todas las personas que los habitan, garantizando la accesibilidad a espacios y edificios públicos, creando lugares de encuentro que fomenten el encuentro vecinal, la comunicación, etc.

Que se prohíba legalmente la producción de productos tóxicos para la salud de las mujeres y el medio ambiente camuflados en cosméticos, productos de limpieza, etc.

Que se elimine la publicidad sobre cómo tiene que ser el cuerpo de la mujer (cuerpo normativo y sexualizado), permitiendo que la diversidad física nos enriquezca y nos haga ser felices sin dietas ni complejos.

Que cumplir años no se convierta en motivo de rechazo y vergüenza, porque desde nuestras “ancestras”, con el paso del tiempo, las mujeres somos sabiduría y experiencia.

Que estamos en contra de la cultura de la guerra y del negocio armamentista que solo implica violencia y destrucción causando migración de mujeres y menores convirtiéndolas en víctimas. Por otro lado, las violaciones y crueldad a las que se somete a mujeres y niñas las convierten en monedas de cambio o trofeos militares.

Que se reconozca el trabajo precario de las mujeres migrantes concediéndoles derechos legales, pensiones contributivas, servicios sociales, etc.

Que haya un reconocimiento y que se asuman responsabilidades sociales sobre el trabajo de cuidados que, a día de hoy, sigue recayendo en las mujeres, porque si nosotras paramos, el mundo se para.

Que no existan sectores laborales precarizados, que coinciden con los más feminizados.

Que queremos oportunidades reales de trabajo para todas sin diferencias en los salarios, reconociendo nuestras capacidades y permitiendo que podamos acceder a cargos de mayor responsabilidad (techos de cristal).

Que acaben las violencias machistas y los asesinatos, y que no sean una noticia más, que se traten con el rigor y la importancia que merece.

Que no nos sigan haciendo responsables y culpables de las violaciones y agresiones físicas y psicológicas, porque quien viola o agrede es el verdadero responsable y culpable.

Que se acabe de una vez con la trata de mujeres y niñas, y que no se favorezca el capricho de energúmenos que no nos consideran personas, sino sólo objetos sexuales.

Que por tener una diversidad funcional no debemos ser maltratadas, violentadas o violadas.

Que no tomen otros las decisiones sobre nuestros cuerpos impidiendo que podamos decidir si queremos o no interrumpir un embarazo.

Que la cultura reconozca todos los logros de mujeres, no solo los masculinos como ejemplos a seguir, introduciendo en los libros de texto escolares referentes femeninos para desarrollarnos en libertad e igualdad real.

Y para terminar decimos:

Queremos construir una sociedad y economía sostenible, justa y solidaria que gestione los recursos naturales de forma pública y comunitaria creando una red de apoyo mutuo donde la mujer ocupe el lugar que le corresponde.

 

NOS QUEREMOS LIBRES

SOMOS FUERZA QUE JUNTO A LA NATURALEZA

CONSTRUYE VIDA Y SOCIEDAD IGUALITARIA

8M 2023

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