El lobo tiene que volver a Andalucía

La reciente inclusión del Lobo Ibérico en el Listado de Especies en Régimen de Especial Protección para todo el territorio español, que pronto entrará en vigor y que ha tenido bastante revuelo social y mediático al suponer que ya no será una especie cinegética, no supone una medida suficiente para la conservación del lobo.

Aunque con pequeña recuperación en algunas partes del territorio, las poblaciones siguen en un estado crítico de conservación y no se ha alcanzado la barrera de las 300 manadas. Las poblaciones del norte deben ser la fuente de individuos para ocupar antiguos  territorios y recolonizar espacios perdidos, pero esto no ocurrirá mientras no se proteja de forma estricta en todo el territorio español y se eliminen las causas mayoritarias de muerte: la persecución constante de la especie mediante cupos de caza, controles letales, la caza furtiva, la fragmentación de hábitats (infraestructuras, vallados), el uso de venenos y lazos.

Más patente es el caso de Andalucía, donde se suponía quedaba una única población aislada en 2012 y –debido a la dejadez y mirada hacía otro lado de las administraciones– se ha perdido, no encontrándose evidencias de ningún grupo reproductor desde entonces.

La desaparición del lobo en Andalucía no ha tenido ningún reflejo administrativo como consecuencia, una muestra más del abandono que sufre esta especie por los sucesivos gobiernos andaluces, teniendo el mínimo grado de protección, sólo está incluida en el Listado de Especies en Régimen de Especial Protección, sin ningún grado de amenaza, no estando incluido en el Catálogo Andaluz de Especies Amenazadas como especie en peligro de extinción, a pesar de las evidencias científicas, el dictamen del Comité Científico asesor de 2017 y de aparecer en el Libro Rojo de de los Vertebrados Amenazados de Andalucía, que lo incluye como un taxón en peligro crítico de extinción.

Ecologistas en Acción de Andalucía solicitó el 15 de diciembre de 2015 por la vía administrativa que el umbral de protección del lobo se elevará al de una especie en la categoría máxima de protección regional (en peligro de extinción). El 18 de enero de 2021 se reiteró esa petición, pero ante un claro delito de dejación de funciones la Junta de Andalucía sigue sin realizar los trámites necesarios para su protección efectiva.

Este cambio en el grado de protección del lobo tendría muchas repercusiones, entre ellas la obligación de realizar un Plan de Recuperación del Lobo en Andalucía  y proveer de fondos para ello.

La pérdida de biodiversidad es un problema global que afecta de manera directa a la calidad de vida del ser humano con la mayor aparición de plagas y pandemias, la pérdida de capacidad agrícola, la destrucción de los sistemas de depuración natural del aire, agua y suelo, etc. Por ello cualquier extinción de una especie es una gran pérdida no solo moral sino para la supervivencia humana. Esto se agrava si además la especie que se extingue es una especie clave de los ecosistemas, como lo es en el caso del lobo, con gran repercusión para multitud de especies y para el funcionamiento de esos ecosistemas.

Una especie clave en el ecosistema supone que esa especie tiene una función primordial en el mismo y que su desaparición provoca un desequilibrio en la cadena trófica que pone en riesgo el ecosistema al completo. Esto lo vemos patente en el colapso al que están llegando muchos de los ecosistemas andaluces, espacios protegidos incluidos, con el decaimiento de las quercíneas, la falta de regeneración provocada por una superpoblación de ungulados que no se soluciona con la caza, pues con la presencia del lobo no sólo se limitan las poblaciones, sino que las especies cambian sus hábitos de comportamiento y alimentación, dejando que la vegetación se recupere. Por tanto, la presencia del lobo no es una cuestión ética, sino una necesidad para la conservación de nuestro patrimonio natural, y con ello nuestra supervivencia y calidad de vida.

Dado que a nivel estatal se están dando pasos –pequeños, pero pasos– para la conservación del lobo, y en Andalucía siguen sin querer ver la realidad de la especie en este territorio, la manifestación anual que llevamos unos años realizando en Madrid para reivindicar la protección del Lobo Ibérico la trasladaremos este año a Sevilla.

Buscamos toda la unión de los colectivos que luchan y quieren la recuperación del lobo para que nuestra protesta sea lo más contundente posible y tenga una respuesta en el gobierno andaluz.

La protesta tendrá lugar el 16 de octubre en la ciudad de Sevilla desde la Alameda hasta la puerta del Parlamento Andaluz.

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