Balance ecosocial del año 2021 en Burgos

Ecologistas en Acción de Burgos hace repaso de lo que ha sido 2021 desde el punto de vista del ecologismo social. Diez puntos que resumen lo más destacado del año:

1. Escribir un balance anual desde la perspectiva ecosocial se ha convertido en una tarea ingrata y nos acompaña desde hace ya demasiados años. En términos generales, aunque hacemos esfuerzo por mantener la mirada positiva (si no ya habríamos abandonado el activismo ecologista) la realidad es que la acción para hacer frente a la crisis ecosocial y la emergencia climática es escasa y, en ocasiones, poco adecuada al reto que tenemos delante. Y ello a pesar de que sabemos que sus efectos serán más devastadores (e injustos) a medida que sigamos sin actuar.
2. En 2021 la crisis sanitaria consecuencia de la covid-19 ha seguido ocupando un papel central en nuestro día a día. En esta situación se han evidenciado, de manera dramática, los efectos de los recortes sociales, especialmente los sanitarios; y la fragilidad de nuestra forma de habitar el planeta, que (entre otras cuestiones) precariza e invisibiliza los cuidados que sostienen la vida. Por eso seguimos reclamando una sanidad pública y de calidad, y nos sumamos a las reivindicaciones de quienes dedican su activismo a esta causa.
3. Afortunadamente en 2021 hemos podido volver, aunque sea poco a poco, a hacer alguna actividad abierta al público. Sin duda, nuestra Exposición Sin Biodiversidad no hay Vida ha sido la estrella en nuestras actividades de educación ambiental. En los últimos meses, los paneles que la conforman han estado expuestos en la Biblioteca Pública de Burgos, los IES Comuneros de Castilla y Diego Porcelos, y hasta el 15 de enero se encuentra en el hall del HUBU. En 2022 la exposición seguirá visitando centros escolares y comunitarios. Además, recientemente hemos salido a la calle con nuestro pasacalles por un consumo responsable en Navidad, esta vez por el barrio San Pedro y Fuentecillas.
4. Cerramos el año con el Plan de movilidad urbana sostenible (PMUS) sometido a información pública y nuestras críticas al modo en que se ha tramitado. En 2021 seguimos reclamando que se deje de poner el coche en el centro y se responda a las demandas ciclistas y peatonales. Mantenemos nuestra alianza con Andando Burgos y Burgos con Bici por una movilidad urbana accesible, segura y sostenible, y esperamos que 2022 sea el año en el que, por fin, se tenga la ambición política necesaria para cambiar el modelo.
5. Hace años que desde Ecologistas en Acción denunciamos que la ubicación de la estación de medición de calidad del aire Burgos-1 no ofrece datos reales de la contaminación asociada al tráfico en la ciudad. En 2021 hemos realizado la segunda parte de nuestra campaña de mediciones de calidad del aire que ha confirmado nuestras sospechas: el aire que respiramos en la ciudad es peor que lo que reflejan los datos oficiales. En 2022 seguiremos con nuestras campañas de mediciones, en esta ocasión vinculadas a entornos escolares, y con la reclamación vía judicial a la Junta de Castilla y León para que cumpla con la Ley de Calidad del Aire y reubique la estación Burgos-1. Por otra parte, queremos destacar, de forma positiva, la iniciativa del Ayuntamiento de Burgos de poner en marcha sus propias mediciones de calidad del aire.
6. En 2021 hemos seguido con nuestra campaña contra las instalaciones de ganadería industrial. Las macrogranjas generan contaminación, maltrato animal y tienen poco interés para el futuro de los pueblos en los que las colocan. Pero la burbuja porcina, aunque parece que ha pinchado, sigue instalada en nuestra provincia. Además de presentar alegaciones a nuevos proyectos, hemos reclamado a la Junta de Castilla y León una moratoria, dentro de la campaña Stop Ganadería Industrial, de la que formamos parte. Así, no resulta extraño que el Premio Atila 2021 lo hayan recibido las empresas Decamed Trading y Vall Companys por estar detrás de muchos proyectos de instalaciones ganaderas industriales o macrogranjas. Del otro lado, Ecologistas en Acción reconocía con el Premio Ecologista 2021 a las plataformas vecinales que se organizan y lideran la oposición a los proyectos de instalaciones ganaderas industriales en sus municipios, en especial a Pisoraca Comarcas Vivas y Granja No de Llano de Bureba.
7. Los Premios Atila que entregamos en el Día Mundial del Medio Ambiente a quienes, en ámbito local y provincial, se han destacado por su contribución a la destrucción del medio ambiente de Burgos también recayeron en la ciudad. El Premio Caballo de Atila se lo llevaron los integrantes del grupo municipal de Ciudadanos en el Ayuntamiento (incluido Rodríguez-Vigil y un poco compartido con sus socios del Psoe en el gobierno municipal) por sus propuestas en materia de movilidad y su proyecto “estrella”, Burgos-Río.
   El proyecto Burgos-Río es una de las amenazas ambientales que se cierne sobre 2022. Esperábamos que dieran marcha atrás, pero no ha sido así. Desde nuestro punto de vista es una propuesta innecesaria en uno de los pocos espacios naturales de la ciudad, que debería ser respetado al máximo y con una mínima intervención.
8. La oleada de proyectos de energía renovable en nuestra provincia ha sido otro de los temas centrales en este año que ya se acaba. Se trata de proyectos en los que las empresas del oligopolio eléctrico determinan dónde y cómo se implantan las renovables y que, en muchos casos, pueden generar grandes impactos en el territorio. Así, lejos de ser elementos para la descarbonización de la economía, suponen un riesgo para una transición energética justa y ecológica.
9. En 2021 hemos asistido con estupefacción a los fastos del 8º Centenario de la Catedral, en plena pandemia, con dinero de todas, pero solo para unos pocos privilegiados. El año también nos ha dejado el comienzo de las obras en Artillería, hurtando a Burgos la posibilidad de recuperar un terreno que fue sustraído para la especulación urbanística. Echamos de menos políticas más ambiciosas que demuestren la intención de hacer de Burgos otro modelo de ciudad, más amable y vivible.
10. Así que esperamos que 2022 nos traiga mejores políticas públicas y de ciudad. Que proyectos como “Alcorques vivos” sigan creciendo y que se apueste por una renaturalización de la ciudad, de manera que las zonas verdes no sean trozos de césped; sino espacios naturales que se sumen a los que ya tenemos. Para estos últimos, deseamos que sean cuidados como merecen y merecemos. Deseamos también que se implanten con urgencia medidas de mitigación, adaptación y resiliencia al cambio climático y que se cuente con la ciudadanía y las organizaciones sociales para ello.

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