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Denuncian que los nuevos planes hidrológicos no frenan el derroche de agua para regadío

  • Ecologistas en Acción señala como el principal problema del Plan Hidrológico el abuso en el acaparamiento de agua que se contempla para regadío. Afirman que “estamos dilapidado un recurso imprescindible y la ganancia es pírrica”.
  • Creen que es urgente conectar la Mancomunidad de Tentudía y Valencia del Ventoso con el sistema de almacenamiento del Matachel-Alange, para asegurar el abastecimiento de consumo personal en zonas de escasez de lluvia.
  • En zonas como las Vegas Altas y Bajas se recibe una altísima carga de fertilizantes y fitosanitarios, que inciden directamente en las aguas y en la expansión del camalote. En el Tajo la situación “es preocupante”, superando 243 veces el umbral establecido para plaguicidas peligrosos como el glifosato. Muchas poblaciones no disponen de depuradoras eficientes.

Recientemente se han presentado públicamente los borradores de los planes hidrológicos del Guadiana y al Tajo, que estarán vigentes hasta 2027. Ecologistas en Acción ha presentado presentado propuestas y críticas a ambos planes.

Abuso de las reservas de agua

Estos dos planes, elaborados por sus respectivas confederaciones hidrográficas, que son organismos dependientes del Ministerio para la Transición Ecológica, todavía “siguen en buena medida las políticas desarrollistas basadas en el hormigón” y la construcción de nuevos grandes embalses, a pesar de que los últimos construidos carecen de utilidad.

Ecologistas en Acción de Extremadura valora de modo positivo la consideración del cambio climático y su abastecimiento anteriores se mostraron obsoletas y cree que durante muchos años se infravaloraron los efectos del cambio climático. Sin embargo, hace notar que esto no se refleja en el abuso de acaparamiento de agua que se contempla para regadío “nos resulta sorprendente que el Plan no parezca tener en cuenta esto, se limita los efectos sobre el agua en el Plan. Señala que en las previsiones y escenarios solo se trata la no concesión de nuevos regadíos, “obviando que lo que nos ha llevado hasta aquí han sido las concesiones ya existentes”. Ya en el Plan que finaliza en 2021 Ecologistas en Acción propuso la reducción del 25% de la demanda de agua para este fin, a día de hoy mantiene que ese decrecimiento debe ser el mínimo que se planifique de cara a 2027. Por otra parte, apunta que es necesaria una moratoria a la concesión de nuevos regadíos y la revisión a la baja de todos los existentes, los cuales considera “responsables en buena medida de la mala situación en que se encuentran nuestros ríos y acuíferos”. Asimismo piden medidas para contabilizar aisladamente la actividad ganadera de la cuenca que está conectada a las redes de abastecimiento municipal.

En el caso del Tajo se mantendrá prácticamente los mismos valores de abastecimiento que en la actualidad. Afirman que de nuevo, se está planificando contando con un volumen de recursos muy superior al realmente existente y que para el Plan que finaliza ahora ya propusieron la reducción del 25 % de la demanda de agua para regadío, ahora mantienen que ese decrecimiento debe ser el mínimo para 2027. En base a ello, Ecologistas en Acción solicita que se concreten presupuestos y plazos para la instalación de contadores y medidas que permitan una mayor eficiencia en la distribución del agua.

En cuanto al proyecto de Plan Hidrológico del Guadiana, la organización ecologista ha anunciado que los procesos de participación en la elaboración del mismo han estado muy sesgados. Reconoce el esfuerzo realizado en ciertos aspectos, sin embargo afirma que en muchas ocasiones “se aprecia un evidente desinterés por parte de las propias administraciones” y que “el Plan queda claramente condicionado por los intereses políticos del Gobierno de Castilla-La Mancha y por el lobby agroexplotador al que este está vinculado”.

Siguiendo con el caso del Guadiana, explican que en la situación óptima el agua puede gestionarse en tanto no descienda el nivel freático por debajo de la cota de excedente, pero que utilizar el agua de Reserva supondrá la desaparición progresiva del este recurso, y denuncian que esto se viene haciendo los años ochenta. La situación actual es, según Ecologistas en Acción, “de pertinaz expolio de una Reserva exhausta que, no sólo repercute en la cantidad de agua, sino en la calidad, por la contaminación inducida por los mismos factores y agentes que la esquilman”. La conclusión es que “estamos dilapidado un recurso imprescindible, que la ganancia es pírrica y que los costes son muy superiores al beneficio obtenido”. En ese sentido, apuntan que a día de hoy no existen excedentes, se agotan los recursos y las concesiones decaen, por lo que creen que es el momento de suspender cautelarmente todas las extracciones que no sean prioritarias. “De todos es sabido que el problema es mínimo en cuanto a los agricultores a título personal y que el grueso del problema lo constituyen agroexplotadores, terratenientes de economía compleja y especuladora”.

Por otra parte, cuentan que la Comarca de Tierra de Barros presenta una “preocupante situación” debido a que los cauces de sus arroyos y ríos han sido despojados de la vegetación de ribera, y los campos de cultivo limítrofes son arados hasta el mismo borde de los cursos de agua. Esta situación ha multiplicado los episodios de inundaciones en los últimos años. Consideran que, en este Plan Hidrológico, se debe contemplar la elaboración de un Plan Especial para la Comarca de Tierra de Barros en el que se estudie la restauración hidrológico-forestal de todos sus cauces. Afirman que con el fin de contribuir a evitar desbordamientos y arrastres asociados, “es imprescindible renaturalizar los tramos urbanos de ríos y arroyos de esta cuenca, que actualmente presentan el aspecto de meras acequias hormigonadas”. Señalan como urgentes los casos de los ríos Rivilla y Calamón en Badajoz, el río Albarregas en Mérida y los arroyos Chico y de Bonhabal en Villafranca de los Barros.

Caudales ecológicos

Ecologistas cree que aunque en el Plan hidrográfico del Tajo se ha avanzado, incrementando ligeramente el caudal mínimo en zonas protegidas, el aumento es insuficiente. Hacen notar que tampoco se han considerado de forma especial las reservas naturales fluviales que deberían incorporar un caudal ecológico mínimo del 90 % de su caudal en régimen natural.

Apuntan que “es imprescindible” articular mecanismos que eviten la presión a la que se está sometiendo a las cuencas, debido al incremento de la superficie de regadío y “que aún será mayor con la puesta en marcha de los planes de regadío de Tierra de Barros y de Monterrubio de la Serena”. Recuerdan, en este sentido, las denuncias que presentaron por la desecación del río Matachel, que se viene provocando de forma reiterada en los últimos años. Explican que una solución para esto sería el aprovechamiento de los efluentes depurados de núcleos urbanos y usos industriales. También señalan que “es oportuno aprovechar los periodos húmedos cíclicos, por ejemplo mediante planes específicos, en el propósito de maximizar su rentabilidad a la hora de definir las llanuras de inundación, la ocupación fraudulenta, las actividades incompatibles” así como para “facilitar la recarga natural de los acuíferos, para lo que se debería fijar una cota de no retorno”.

Por otra parte, creen que habría que interconectar las Mancomunidades situadas al Sur y Suereste de la provincia de Badajoz con otras Mancomunidades que dispongan de mas capacidad de almacenamiento de agua, de forma que se pueda asegurar el abastecimiento para consumo de boca en zonas de escasez de lluvia. En particular, afirman, es urgente la conexión de la Mancomunidad de Tentudía y Valencia del Ventoso con el sistema de almacenamiento del Matachel-Alange. En ese sentido, en su opinión el Plan para la construcción de un nuevo pantano en la Sierra del Bujo (Tentudía) difícilmente constituirá una solución a largo plazo.

Apuntan que hace falta una mayor implicación y voluntad de la Confederación Hidrográfica del Guadiana en la erradicación de especies invasoras piscícolas en los cauces y masas de agua, y recuerdan que después de 17 años, no han eliminado el camalote, ni logrado su control tras años e ingentes cantidades de dinero invertido.

Contaminación de las aguas

La gestión de las aguas residuales en el tramo medio del río Guadiana, que es el que mas afecta a Extremadura, es muy deficiente para la organización ecologista, “hay numerosas poblaciones en las que no existen depuradoras eficientes, están paralizadas o presentan graves desperfectos, por lo que aunque funcionan resultan inútiles”.

Respecto a la contaminación difusa, creen que este Plan también debe prestar una mayor atención al control y mitigación de la contaminación procedente de la actividad agrícola, teniendo en cuenta que en zonas como las Vegas Altas y Bajas se recibe una altísima carga de fertilizantes y fitosanitarios, que inciden directamente en la calidad de las aguas, pero también en la expansión incontrolable de plantas invasoras como el camalote. “A ello se ha de sumar el continuo incremento de las explotaciones ganaderas, especialmente de tipo intensivo”. Creen que una medida efectiva e inmediata para amortiguar los impactos agroindustriales sería la recuperación de los márgenes fluviales y los bosques de galería asociados a ellos.

En el Tajo, entre las principales presiones que afectan a buena parte de las masas de agua hay que destacar también los vertidos de origen urbano (hasta a un 76 % de las masas de agua superficial, y a un 88% de las subterráneas se encuentran afectadas), sobre todo los procedentes de vertederos, que afectan hasta a un 96% de las aguas de carácter subterráneo. La información aportada en estos planes es insuficiente, a ojos de Ecologistas en Acción, para valorar si el programa podrá garantizar que el gua tenga un buen estado en 2027. Por lo que creen que es imprescindible reincorporar la información sobre la evolución histórica de las masas de agua subterráneas, que sirva como base para contextualizar la situación actual, así como incorporar las alternativas eliminadas de la EPTI.

En cuanto a la contaminación por nitratos en el Tajo, se indica que en 5 masas de agua superficial se superan los 40 mg por litro. Se indica además que en el caso de los lagos, 19 embalses de la cuenca tienen un estado eutrófico, y 4 un estado hipereutrófico. Por otra parte, se considerarían afectadas 14 masas de agua subterránea y otras en riesgo de estarlo. Estas zonas afectadas deberían considerarse como zonas vulnerables, según la organización ecologista. Por otra parte, no se conocen los programas de actuación a aplicar en las zonas vulnerables. La organización también cree que habría que tomar medidas que tiendan a mejorar el sistema de depuración de aguas residuales, especialmente las de carácter urbano y medidas especiales para la mejora de la calidad del agua a su paso por el Embalse de Valdecañas y el Parque Nacional de Monfragüe.

El estudio realizado por Ecologistas en Acción sobre la superación de umbrales de plaguicidas y sustancias peligrosas señala que la situación en la demarcación del Tajo es preocupante. Se han detectado niveles muy superiores a los establecidos por la normativa de calidad ambiental (NCA) de plaguicidas peligrosos como es el glifosato (superando en 243 veces el umbral establecido por la NCA). También de sustancias prioritarias como el níquel (supera 472 veces el umbral). A este respecto, proponen que se realicen analíticas de los plaguicidas y otros contaminantes y que se analicen sustancias químicas contaminantes de las aguas subterráneas. Con respecto a la evaluación del Buen Estado Químico generalizado, cabe señalar que la “inexistencia” de los datos requeridos demuestran la poca fiabilidad de las evaluaciones.

Ecologistas en Acción urge al Gobierno de España implemente medidas que incluyan la lista de sustancias prioritarias y las normas de sus límites máximos en el agua de consumo humano y en las aguas subterráneas y en el Real Decreto correspondiente. “Es de sentido común declarar las aguas superficiales y subterráneas con contaminantes persistentes como no aptas para la captación de agua destinada al consumo humano”. Por último, la organización ecologista ha incidido en la eliminación y erradicación de vertederos ilegales.

Ecologistas en Acción también exige aclarar los cálculos y los conceptos sobre las concesiones y los recursos disponibles. Creen que habría que fijar un perímetro de protección a quienes soliciten concesiones de aguas subterráneas para abastecimiento urbano, e incorporar en la normativa del Plan hidrológico las restricciones a las actividades potencialmente contaminantes en las zonas de captación de agua. Por último, establecer unos valores límite de concentración de nitratos.

Construcciones e infraestructuras

La organización ecologista ve necesario revisar todos aquellos elementos que “representan barreras insalvables para el transcurso del agua y de los animales” y segmentan la red fluvial, impidiendo la continuidad natural del agua, para ello proponen eliminar todos las instalaciones que actúan como barreras que se encuentran en desuso”. En especial, a las minicentrales hidroeléctricas que existen en los cauces de ríos y arroyos ubicados en espacios protegido. Lo mismo ocurre con las estaciones de aforo pues suponen una barrera infranqueable para la fauna piscícola protegida, muy especialmente, en zonas como las Hurdes (en concreto, en el río de los Ángeles).

Ecologistas en Acción de Extremadura plantea abandonar explícitamente las estrategias de construcción de estas estructuras para reducir el riesgo de inundaciones, en pro de un cambio de paradigma que apueste por las medidas de retención natural. Para acabar, propone limitar los usos del suelo en aquellas zonas en las que existen especies en peligro de extinción, refiriéndose especialmente el Desmán de los Pirineos.

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