Junto a la zona verde se llevó a cabo una asamblea vecinal y luego se pasó a realizar una concentración de protesta contra la reciente actuación que ha dañado la flora endémica de La Barranca.
Las obras del Parque-mirador del V centenario en Pino Alto empezaron el 14 de junio, arrasando una buena parte de la vegetación natural de La Barranca en Pino Alto (por encima de la plaza de toros).
Pasamos a ofrecer información de los valores sobre la Barranca.
Geología de la Barranca:
La Barranca es el escarpe (cuesta o pendiente muy inclinada) que separa los barrios bajo y alto de Sanlúcar. Se extiende desde el Espíritu santo y la Piletas hasta el pinar de la Dinamita y la loma de Martín Miguel.
Es un paleoacantilado formado por la erosión del oleaje sobre la antigua línea de costa hace 6500 años (el momento de máxima altura del nivel de mar durante los últimos miles de años). Hasta la Edad Media se mantuvo como linea de costa para ir retrocediendo más tarde.
El estrato superior de la Barranca, desde la Punta del Espíritu Santo hasta justo antes del pinar de la Dinamita es un material llamado “Arenas rojas cuarzosas” (debido al hierro que contienen) que se depositaron en la época en que se formó el estuario del Guadalquivir, hace unos 2 millones de años. En la zona del pinar de La Dinamita, este estrato de Arenas Rojas está cubierto por dunas estabilizadas mucho más recientes.
En la Loma de Martín Miguel la barranca gira y mira hacia el Este. Allí alcanza una altura de más de 60 metros con vistas espectaculares del mar y la marisma. No aparecen las Arenas Rojas. Las rocas que forman esta loma son “Las Albarizas”, margas blancas formadas por una mezcla de carbonato cálcico y arcilla sobre las que tradicionalmente se han plantado viñas. Estas rocas son mucho más antiguas (entre 20 y 5 millones de años) y tienen un espesor de unos 200 metros. Son ricas en microfósiles (sobre todo algas diatomeas). Del estudio de los microfósiles se deduce que los sedimentos que originaron estas rocas se depositaron en un mar abierto de aguas cálidas, oxigenadas y poco profundas (200-300 metros) cuando la cuenca del Guadalquivir era un brazo de mar que comunicaba el Atlántico con el Mediterráneo.
Las Arenas Rojas recubren, hasta perder todo su espesor, los relieves de las Albarizas. Las arenas son permeables y las albarizas impermeables. Por eso bajo las primeras hay agua subterránea, lo que ha causado históricamente su ocupación con huertas y viviendas rurales.
Ecología de la Barranca:
A lo largo de la Barranca se conservan retazos de monte mediterráneo de interés ecológico. Hay encinas, alcornoques y coscojas con algunos ejemplares singulares de gran porte y longevidad. Se trata de la única población de encinas del litoral gaditano. La mayor encina se encuentra en el convento de capuchinos y podría tener unos 500 años. La vegetación presenta una sorprendente biodiversidad: grandes lentiscos, acebuches, algarrobos, majuelos, piruétanos, olivillas; plantas trepadoras:
zarzaparrillas, aristoloquias, rubias. Existen varios endemismos como el piruétano o peral ibérico (Pyrus bourgaeana) que solo aparece en el cuadrante suroccidental de Península Ibérica y el NO de Marruecos y es muy raro en el litoral gaditano. Aún más escaso es Stauracanthus genistoides sp. genistoides, una de aulaga amenazada de extinción, restringida a unas pocas localidades del litoral entre Cádiz , Huelva y S de Portugal.
Apenas hemos estudiado la fauna de la Barranca, pero muchos pájaros encuentran refugio y alimento en su espesura. También sabemos que en algunos lugares de la Barranca hay una buena población de camaleones, y en Pino Alto son abundantes los erizos. Una gran diversidad de abejas, mariposas y diversos insectos pululan entre su densa vegetación.
La Barranca es un patrimonio natural único: retazos de monte mediterráneo ancestral que se han conservado milagrosamente; una selva en medio de la ciudad. Un patrimonio del pueblo de Sanlúcar que está en peligro y que no podemos perder.
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