Tengo 34 años, resido en Logroño y mi medio de transporte principal desde mi infancia ha sido la bici, en los varios países europeos en los cuales he vivido (Francia, Alemania, Reino Unido, Irlanda, y España). Escribo hoy esta carta porque me parece imprescindible reaccionar públicamente a un tuit que publicó el pasado jueves 16 de marzo de 2023 el Sr. Conrado Escobar, pretendiente a la alcaldía de Logroño, respecto al nuevo doble sentido ciclista en la Avenida de Portugal. En aquel mensaje, esgrime que esto que localmente es una novedad, va en contra del sentido común y se debería de suprimir. Lo ilustra con una foto sacada hacía el oeste desde la extremidad este de dicha avenida, en el fondo se ve un camión aparcado en el carril bici, y en primer plano una valla cortando dicho carril y donde pone “Carril bici cortado por descarga teatro Bretón / Disculpen las molestias”. Bien. Posiblemente, este tuit no merece más que una respuesta corta e irónica, del tipo “OK boomer, parece que en cuanto a movilidad te has quedado atascado con el bug del año 2000”, o algo así. Sin embargo, me parece que para nutrir el debate respecto a estos temas en recién evolución en nuestra ciudad, cualquiera que se desplace en ella merece una respuesta más informada e informativa a las afirmaciones proferidas en aquel tuit. Así que, analicemos:

Lo primero, y es un gran clásico, parece que quienes nos desplazamos en bici no somos parte de la circulación. La ciclologística, tampoco. Y claro, las bicis no son vehículos: «El vehículo», es el coche particular…

Luego, otro clásico: los que deben decidir sobre la infraestructura para la protección de quienes intentamos movernos en bici por Logroño no son las personas en bici, sino los hosteleros y los que (a día de hoy) no la usan ni saben de ella. Además, ¿acaso hay datos que avalen que haya una mayoría en contra de esas actuaciones? Pregunto. Si es que los hay, ¿porque no los menciona?

Como no, un argumento clásico más: los nuevos carriles bicis no se entienden: lo complican todo y son inseguros. Claro. Los estándares de Oslo para la Capitalidad Verde Europea de 2019, o los que aplicó Vitoria-Gasteiz para la Capitalidad Verde Europea de 2012, también después con gobiernos del mismo «partido popular», y de los que probablemente nunca haya oído hablar, son inseguros y lo dificultan todo. Todo, o sea, la doble fila (ilegal e sancionable) día y noche, de la que le cuentan al pequeño comercio que depende su prosperidad, cuando más bien es al revés.

En resumen, Conrado Escobar promete destruir las infraestructuras de Calles Abiertas en 100 días si le votan para alcalde, renunciando de facto a los fondos europeos de recuperación y a los programas de sostenibilidad en la movilidad que financian. Lo mismo decía Almeida de Madrid Central. Después sólo le cambió el nombre a Madrid 360, y poco más…

De paso, aprovecho para recordar que por pagar más o menos impuestos ninguna persona tiene más derecho a usar el coche que otra que use la bici; ni a disfrutar de espacio pensado principalmente para el primero de los dos vehículos, frente a disponer de infraestructura dedicada a la movilidad activa. Por ejemplo la web motorpasion reconocía en 2013 que «según un estudio danés, cada kilómetro realizado en coche supone un coste para la sociedad de 3 céntimos de euro; mientras que realizar ese mismo kilómetro en bicicleta supone un ahorro para la sociedad de 42 céntimos de euro [en] un país donde el uso del automóvil está sujeto a unas cargas impositivas que lo convierten en un lujo; y ni con esas se es capaz de generar una ventaja económica sobre su uso».

Así que, ¿un carril bici a suprimir? ¡No! Más bien al contrario, a replicar en muchas más calles de esa ciudad…

 

Jean-Baptiste R.

Miembro del colectivo Logroño en Bici – Ecologistas en Acción

 

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