- La empresa que gestiona la balsa minera es la misma que aspira a abrir una gran mina de cielo abierto en las localidades de Barbolla, Sotillo, Castillejo de Mesleón, Cerezo de Arriba, Cerezo de Abajo y Duruelo, en la Comarca Nordeste de Segovia.
- Ecologistas en Acción de Segovia alerta de la distancia existente entre las promesas de sostenibilidad de ERIMSA y su práctica real.
A raíz de las críticas al proyecto de abrir una gran mina a cielo abierto en el Nordeste segoviano, la empresa promotora, ERIMSA, se dirigió hace escasos días a los medios de comunicación segovianos para garantizar que “su modelo de minería moderna y sostenible preserva el medioambiente y no afecta a la productividad de terrenos”. Por si hubiera alguna duda, la compañía aclaraba que su proyecto minero “es compatible con actividades económicas propias de entornos rurales, como la agricultura, la ganadería, el turismo y el aprovechamiento forestal”.
Sin embargo, la comparación de estas promesas de sostenibilidad con la práctica real de ERIMSA en sus explotaciones mineras revela la enorme diferencia existente entre las descripciones realizadas en los proyectos y los efectos reales en el territorio.
La noche del lunes 3 de abril la rotura de una balsa minera de la empresa ERIMSA en el municipio de Frades (A Coruña) produjo el vertido en la red fluvial local de una gran cantidad de agua cargada con sedimentos. De acuerdo con las informaciones periodísticas, la balsa de áridos afectada almacenaba agua de lluvia para la limpieza de la piedra extraída.
“La balsa se vació por completo y gran cantidad de agua turbia llegó al regato Gaiteiro, anegando campos hasta el río Maruzo, afluente del Tambre, en el que desembocaron las aguas de la balsa”. La Voz de Galicia, 5 de abril de 2023.
En este mensaje difundido por el Sindicato Labrego en las redes sociales el pasado 5 de abril se aprecia la gran turbidez del agua causada por el vertido del agua cargada de sedimentos, una turbidez que persistía dos días después de la rotura de la balsa.
El río Tambre, receptor final de los vertidos, es el río más largo de Galicia (134 km). La rotura ha puesto en estado de alerta a un total de 12 municipios del área de Santiago de Compostela —O Pino, Oroso, Trazo, Val do Dubra, Ames, A Baña, Negreira, Brión, Noia, Outes, Frades y la propia capital gallega— pues todos ellos realizan captaciones en el río Tambre para sus sistemas de abastecimiento.
Ecologistas en Acción de Segovia considera que el trágico suceso ocurrido en Frades confirma la amenaza que supondría para el nordeste segoviano la apertura de la mina a cielo abierto promovida por ERIMSA. La asociación ecologista viene insistiendo en que la integridad del río Duratón, perteneciente a la red de conservación europea Natura 2000, quedaría dañada de forma crítica e irreversible por la actividad minera y reitera la necesidad de que la Junta de Castilla y León deniegue la autorización de explotación solicitada.
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