Ticker

6/recent/ticker-posts

Ad Code

Responsive Advertisement

Decálogo para una gestión sostenible de las playas

El uso masivo de las playas ha hecho cambiar la forma de gestionarlas pasando de un ecosistema natural a un espacio donde la centralidad está en la oferta de servicios a los usuarios o en intervenciones de ingeniería para garantizar la continuidad de estos servicios. En consecuencia, la actividad y el comportamiento de estos han prevalecido sobre la preservación de los procesos naturales que ocurren en las playas y la biodiversidad que las habita. Un buen ejemplo de ello son las Banderas Azules; distinción en teoría creada para promover la sostenibilidad de playas y puertos, que se otorga en base a los servicios que ofrece la playa al turista, y no refleja la realidad de las características ecológicas de estos ecosistemas litorales.

LA PLAYA COMO ECOSISTEMA

Las playas son zonas dinámicas de transición entre el ambiente marino y el terrestre sujetas a la acumulación y a la erosión de sedimentos por el efecto de las olas y las corrientes. La principal fuente de entrada de sedimentos (arenas) al medio marino son los ríos, o en la zona Mediterránea las ramblas que arrastran grandes cantidades de sedimento en periodos de lluvias. El subsistema marino de las playas está regido por la acción de las olas, mientras que el subsistema terrestre de las playas lo rige el viento. La zona donde conviven el subsistema marino y terrestre se denomina “zona litoral activa” donde hay un transporte de sedimentos continuo (entre la pleamar y la bajamar, y puntualmente hasta la playa alta donde llega el agua en tormentas o temporales). A menudo el subsistema terrestre de las playas presenta sistemas dunares móviles o fijados por vegetación, que contribuyen a este equilibrio acumulando la arena transportada por el viento. Para que una playa se mantenga estable, la cantidad de sedimentos que llegan a ella a través de las cuencas de los ríos, las ramblas o en menor medida la erosión de las rocas, debe ser igual a la cantidad de sedimentos que salen. Si la entrada es mayor se produce acreción de la playa, y si es menor se produce erosión y con ello la regresión de la playa.

Entre las funciones más importantes que desempeñan las playas destaca su función como embalses naturales, la protección costera y la preservación de la biodiversidad: las playas son zonas críticas para la alimentación de vertebrados superiores de gran importancia como los peces así como para la nidificación y conservación de las aves. Además, el cuerpo poroso de arena desempeña un papel clave como gran sistema digestivo de filtración y purificación del agua, mineralización de la materia orgánica y el reciclaje de nutrientes.

HABITANTES DE LAS PLAYAS

Las comunidades animales y vegetales que habitan las playas están adaptadas a los continuos cambios del perfil de la playa causados por la hidrodinámica. Las redes tróficas de las playas de arena se basan en fuentes marinas como el fitoplancton (algas microscópicas), algas, plantas marinas y aportes de algas, plantas y cadáveres de animales a la deriva, que se acumulan como arribazones y sustentan gran variedad de crustáceos e insectos.

El cuerpo de arena porosa alberga pequeños organismos intersticiales (bacterias, protozoos y pequeños invertebrados). Entre los invertebrados de mayor tamaño de la playa de arena se encuentran gusanos poliquetos, bivalvos, anfípodos, isópodos, cangrejos, etc. Estos invertebrados presentan adaptaciones de movilidad, capacidad de excavación, comportamiento rítmico (por ejemplo, mareal, circadiano, semilunar, lunar, estacional), y mecanismos de orientación y flexibilidad para hacer frente a condiciones rápidamente cambiantes.

Las zonas de oleaje de las playas arenosas pueden albergar un rico zooplancton, especialmente pequeñas gambas y camarones, y constituyen zonas importantes de cría y alimentación para los peces. Además las playas pueden albergar nidos de tortugas marinas y aves costeras. Por último, las cadenas dunares de las playas presentan una gran biodiversidad y especies de interés especializadas a este medio tan exigente, por lo que son hábitats reconocidos como lugares de interés comunitario bajo la Directiva Hábitats.

DECÁLOGO DE PLAYAS SOSTENIBLES

Desde Ecologistas en Acción defendemos las playas como ecosistemas naturales, más allá del uso recreativo. Para ello hemos elaborado un decálogo de medidas que debieran tenerse en cuenta para una gestión realmente sostenible de estos espacios.

Pero en primer lugar hablemos de qué tipos de playas tenemos. Hay muchas formas de clasificar las playas, puesto que nos centraremos en su gestión, las clasificaremos en función de la presencia antropogénica. Cabe distinguir entre playas urbanas, playas con intervención humana y playas naturales.

  • Las playas urbanas forman parte de un pueblo o ciudad y tienen a sus espaldas todo el entramado del sistema urbano (como La Concha en Donostia o La Victoria en Cádiz). Para estas playas son fundamentales  actuaciones como la eliminación de la luz directa a las playas,  la sustitución de especies exóticas por otras autóctonas en los espacios ajardinados, el control de la emisión de ruido en locales de ocio nocturnos, etc.
    Las playas con intervención humana presentan infraestructuras portuarias, espigones o paseos marítimos, que han contribuido a desnaturalizarlas, modificando la dinámica costera y con ello su capacidad para regenerarse. Demandamos poner coto a nuevos proyectos y corregir en lo posible los impactos causados por los existentes.
    Las playas naturales son las que conservan su estructura y dinámica original y no soportan instalación alguna. Son las que podríamos considerar totalmente sostenibles si el uso de los usuarios en el entorno fuese el adecuado.

10 CLAVES PARA LA GESTIÓN SOSTENIBLE DE LAS PLAYAS

1.- Playas no urbanizadas

Poner coto a nuevos proyectos urbanísticos litorales, y restaurar los procesos naturales de las playas con actuaciones como la eliminación de la luz directa a las playas, la sustitución de especies exóticas por otras autóctonas en los espacios ajardinados, o el control de la emisión de ruido.

2.- Movilidad sostenible y accesos acotados

Restringir las rutas de acceso de vehículos motorizados y sustituirlos por corredores peatonales y carriles bici, habilitar aparcabicis, acabar con los aparcamientos incontrolados y cerrar parkings ofreciendo y fomentando alternativas de transporte público. 

Acotar el acceso a las playas y dirigir el flujo de usuarios mediante pasarelas perfectamente delimitadas, y accesibles a personas con movilidad reducida para garantizar la conservación de los cordones dunares, barreras litorales, etc. 

3.- Regeneración del litoral natural

Atajar las causas estructurales que provocan las pérdidas de arena de las playas, ya que la mal llamada regeneración artificial de playas (lejos de regenerar no es más que un aporte de arena, un parche temporal), que se realiza con el único objetivo de contentar al sector turístico; es una actuación costosa económica y ecológicamente.

4.- Vertido cero de aguas sin depurar

Acabar con todos los vertidos de aguas residuales a través de la mejora de los sistemas de saneamiento

Implementar medidas complementarias como la reducción del caudal de agua a depurar estableciendo el sistema de drenaje pluvial separado de los colectores de saneamiento, o aumentando la permeabilidad de las ciudades y respetando y ampliando las zonas de inundación naturales (por ejemplo jardines inundables).

Reutilizar las aguas residuales para garantizar una adecuada depuración de las aguas que se van a emplear en la reutilización, así reduciendo la presión sobre los recursos hídricos y evitando los vertidos contaminantes sobre el mar.

5.- Buena gestión de los arribazones

Mantener in situ los arribazones resulta de vital importancia, tanto para preservar las playas con arena de calidad de forma natural como para mantener los ecosistemas litorales en buen estado, ya que los arribazones atenúan la energía del oleaje y retienen la arena en las playas limitando la erosión costera. Además, sirven de sustento y refugio para multitud de invertebrados, y constituyen hábitats donde se reproducen y nidifican aves como el chorlitejo patinegro.

6.- Gestión sostenible de residuos

Restringir la limpieza mecánica de las playas, introduciendo la limpieza manual de las mismas

Retirar las papeleras de las playas para su reubicación en los accesos a las mismas y dotarlas además de contenedores de recogida de envases. Así se fomenta la responsabilidad de la ciudadanía para gestionar y reducir sus propios residuos.

Actualizar las ordenanzas municipales para poder incluir medidas obligatorias de prevención de plásticos de un solo uso en los chiringuitos como vasos, botellas, cubiertos, platos, pajitas, monodosis, etc.

Establecer la prohibición total del tabaco o al menos demarcar Espacios Libres de Humo en cada playa para abordar la reducción de colillas en las playas, una de las mayores fuentes de residuos. 

7.- Eliminación de duchas y lavapiés

Eliminación de duchas y lavapiés de todas las playas. Este servicio o más bien, esta “necesidad creada” no solo supone un excesivo derroche de agua, también impacta sobre la biodiversidad y requiere del uso de infraestructuras como tuberías que degradan las zonas altas de las playas, como los cordones dunares.

8.- Concienciación ambiental

Elaborar cartelería interpretativa para dar a conocer las razones de las medidas ambientales que se establezcan, así como carteles indicando los diferentes ecotonos que conforman las playas y la biodiversidad que los habita.

Labor de concienciación activa, ofreciendo formaciones sobre las funciones de las playas como ecosistemas y su gestión sostenible a los operarios responsables de la seguridad, limpieza y gestión de playas, e incluso a las usuarias de las playas.

Incluir a las comunidades (centros escolares, asociaciones de vecinos, etc) en el desarrollo de campañas de concienciación, para colaborar con la caracterización de la biodiversidad, la elaboración de carteles, o el seguimiento de las medidas ambientales. 

9.- Coordinación administrativa

Aumentar la eficacia en la gestión pública del espacio litoral para evitar que el solapamiento de competencias siga derivando en conflictos institucionales, desidia o inactividad, a través de la creación de una “oficina técnica de coordinación interadministrativa del litoral” a  nivel provincial y/ autonómico, en la que se coordinen entre los tres niveles de la administración (estatal, autonómico y municipal) y los departamentos de las mismas.

10.- Restauración de playas degradadas

Restaurar las playas para restablecer su dinámica natural, recuperando los sistemas dunares cuando sea posible, eliminando todas las fuentes de contaminación acústica o lumínica, como chiringuitos o acceso de vehículos motorizados y parkings,y evitando la llegada de aguas residuales o de retorno agrícola. En definitiva, eliminar elementos que devuelvan a las playas su identidad como ecosistemas.

 1. Playas no urbanizadas

Aunque la mayoría de recomendaciones incluidas en este decálogo podrían seguirse en playas urbanas, lo cierto es que, al hablar de playas “verdes”, “sostenibles” o “naturales” nos referimos a aquellas que, afortunadamente, se han librado del voraz proceso urbanizador que hemos padecido en el último siglo. Aunque cada vez más infrecuentes, aún quedan playas no urbanizadas en el litoral español. Se trata de playas que no tienen edificaciones tras su deslinde de Dominio Público Marítimo Terrestre y no soportan ninguna infraestructura; son playas asociadas a suelos rústicos o no urbanizables. Serían equiparables a las Playas Naturales que contempla el Reglamento que desarrolla la Ley de Uso Sostenible del Litoral.

Cuesta entender cómo, a día de hoy, todavía se comercia con los últimos metros de suelo sin urbanizar, defendiendo un  modelo que, desde hace tiempo, nos pasa factura.  Infraestructuras portuarias, espigones o paseos marítimos construidos sin planificación alguna (y a menudo sobre cordones dunares), han contribuido a desnaturalizar nuestras playas, modificando la dinámica costera y con ello la capacidad de las playas para regenerarse.

Poner coto a nuevos proyectos como estos resulta fundamental, pero no es lo único que se puede hacer. Es posible revertir la huella humana restaurando los procesos naturales de las playas, hay ejemplos que han funcionado, como el proceso de regeneración y recuperación de los sistemas dunares, totalmente arrasados por la urbanización y llegados a ser convertidos en un paseo marítimo en el ahora parque Natural de la Albufera de Valencia. También es clave hacerlo en zonas urbanizadas, aunque sea parcialmente, con actuaciones como la eliminación de la luz directa a las playas, la sustitución de especies exóticas por otras autóctonas en los espacios ajardinados, o el control de la emisión de ruido.

2. Movilidad sostenible y accesos acotados

La gestión adecuada de una playa natural comienza en cómo se accede a ella. Los cambios que estamos viendo en numerosas ciudades hacia una movilidad mucho más respetuosa con el medio ambiente han de trasladarse también a nuestros espacios naturales y, por ello, a nuestras costas. Restringir las rutas de acceso de vehículos motorizados y sustituirlos por corredores peatonales y carriles bici, habilitar aparcabicis, acabar con los aparcamientos incontrolados y cerrar parkings ofreciendo y fomentando alternativas de transporte público son algunas de las iniciativas que pueden llevarse a cabo en este sentido.

En muchas ocasiones, las playas no urbanizadas cuentan con sistemas dunares anexos, barreras litorales u otros tipos de ecosistemas de interés ambiental. Los sistemas playa-duna son ecosistemas muy frágiles por su dependencia de las condiciones naturales y por tanto muy vulnerables a la acción humana. De hecho, la actividad urbanística y el turismo han degradado la mayoría de ecosistemas dunares de nuestro litoral. Sin embargo, su fragilidad no les hace menos importantes, los sistemas playa-duna constituyen un patrimonio natural estratégico, de alto valor eco-cultural: fundamentales para la defensa terrestre frente a tormentas, huracanes o maremotos. Además, tienen capacidad de almacenar arena para la regeneración natural de las playas y de depurar aguas. Para garantizar su conservación, es necesario acotar el acceso a las playas y dirigir el flujo de usuarios mediante pasarelas perfectamente delimitadas, y de ser posible accesibles para personas con movilidad reducida. Al mismo tiempo, es necesario proteger áreas sensibles o con presencia de especies vulnerables mediante elementos disuasorios “blandos” (talanqueras, vallados de cuerda, etc).

3. Regeneración litoral natural

Asistimos a un proceso imparable de pérdida de aportes de arena a las playas. El cambio climático y el consecuente aumento de la frecuencia de fuertes temporales y la subida del nivel del mar que acarrea no explican por sí solo este fenómeno. Sus causas cabe buscarlas también como consecuencia de décadas de una política de regulación extrema de nuestros ríos, con la construcción de presas y embalses que frenan el flujo sedimentario hacia la costa. Por si fuera poco, todo tipo de infraestructuras interrumpen la dinámica longitudinal de los reducidos aportes que acaban llegando (paseos marítimos, espigones, rellenos o dragados) y las construcciones en primera línea impiden el intercambio transversal con los sistemas dunares que han quedado por detrás, han sido eliminados o han desaparecido 1.

En este escenario, no podemos olvidarnos la mala gestión de playas desde hace décadas, con la retirada de áridos y restos orgánicos marinos o arribazones trás las labores de limpiezas litorales con maquinaria pesada, incluso en playas con hábitats y especies protegidas. La mal llamada regeneración artificial de playas, ya que lejos de regenerar no es más que un aporte de arena, un parche temporal, que ha quedado sobradamente demostrado que se  realiza con el único objetivo de contentar al sector turístico; es una actuación costosa económica y ecológicamente. La translocación de arena tiene impacto directo sobre los ecosistemas, tanto en la zona donde se recoge la arena como en la zona donde se deposita. Este aporte produce estrés y pone en peligro a las especies que habitan, incluso puede acabar arrasando totalmente los ecosistemas presentes.

Consideramos inadmisible que se siga derrochando el dinero público en unas actuaciones tan caras como inútiles, pues año tras año las Demarcaciones de Costas se empeñan en rellenar las playas de arena que se sigue perdiendo en los temporales de invierno debido a que no se atajan las causas estructurales que provocan esa pérdida de arena.

4. Vertido cero de aguas sin depurar

Pese a la normativa legal existente que lo prohíbe, a día de hoy siguen existiendo vertidos de aguas residuales a la costa sin depurar o deficientemente depurados. Este es un problema recurrente derivado de la masificación de la costa puesto que hay una falta de depuradoras y un mantenimiento insuficiente de las redes e infraestructuras de depuración. Como añadido, con episodios de fuertes lluvias torrenciales, muchos municipios de localidades cercanas a la costa vierten directamente el contenido de sus redes de alcantarillado a cauces fluviales, por lo que finalmente estas aguas residuales acaban llegando a nuestras playas, en ocasiones cargadas incluso de residuos sólidos como toallitas.

Es fundamental acabar con todos estos vertidos en primer lugar a través de la mejora de los sistemas de saneamiento. Además, pueden implementarse medidas complementarias como reducir el caudal de agua a depurar estableciendo el sistema de drenaje pluvial separado de los colectores de saneamiento, o medidas que reduzcan el riesgo de escorrentía o inundación, como aumentando la permeabilidad de las ciudades y respetando y ampliando las zonas de inundación naturales (por ejemplo jardines inundables).

Por otra parte, también consideramos clave la reutilización de las aguas residuales, que además de contribuir a reducir la presión sobre los recursos hídricos superficiales y subterráneos, serviría para garantizar una adecuada depuración de esas aguas que se van a emplear en la reutilización. Donde no puedan reutilizarse las aguas residuales se pueden crear pequeñas lagunas costeras próximas a las estaciones de depuración donde se viertan las aguas residuales depuradas, y de ahí pasar a verterse al mar. De esta manera, una deficiente depuración podría ser detectada en poco tiempo, evitando que las aguas residuales lleguen al mar. En estas lagunas debería favorecerse el desarrollo de la vegetación arbustiva y arbórea autóctona propia de ambientes ripícolas y de humedales, lo que contribuiría de manera significativa a mejorar la calidad de la depuración de las aguas, ya que esta vegetación elimina los nitratos y fosfatos de manera natural.

5. Buena gestión de los arribazones

Los restos que se desprenden de las praderas de fanerógamas o plantas marinas (hojas, rizomas, tallos o frutos) y/o de las algas u otros organismos marinos, se mueven bajo la fuerza de las corrientes y el oleaje, acumulándose en zonas más profundas, o en la zona de resaca, desde dónde algunas son arrastradas a la orilla depositándose en la arena o las rocas de las playas. Estas acumulaciones en la orilla se denominan arribazones. Los arribazones pueden formar capas finas o acumular varios metros de grosor. En las playas del Mediterráneo la mayoría de arribazones son de Posidonia oceánica.

La presencia de praderas de fanerógamas o plantas marinas en nuestras costas es una garantía de calidad de sus aguas. No obstante, los arribazones siguen asociándose, por desconocimiento y falta de sensibilidad ambiental, con  suciedad y dejadez. Como respuesta, los ayuntamientos responsables exprimen la posibilidad de retirar cualquiera de los restos de estas especies, obviando el papel fundamental que los mismos juegan de protección ante los cada vez más frecuentes temporales que azotan nuestras costas, descarnando de arena las playas. Mantener in situ estos restos resulta de vital importancia, tanto para preservar las playas con arena de calidad de forma natural como para mantener los ecosistemas litorales en buen estado, ya que los arribazones: i) atenúan la energía del oleaje y retienen la arena en las playas limitando la erosión costera; ii) son sustento y refugio para multitud de invertebrados costeros, que su vez son alimento de aves marinas y reptiles; iii) constituyen hábitats donde se reproducen y nidifican aves como el Chorlitejo patinegro o la Terrera marismeña, ambas especies en regresión por la destrucción de su hábitat natural y iv) sirven como fuente de alimento para el desarrollo de la vegetación litoral de las dunas costeras.

Desde Ecologistas en Acción, somos sensibles a la hora de realizar los planes de gestión de playas, compatibilizando el bienestar de los usuarios sin perder los servicios ecosistémicos que nos aportan los arribazones. Por ello, cuando de manera justificada no quede otro remedio que retirar los arribazones (siempre en playas urbanas puesto que en playas  naturales o levemente antropizadas nunca está justificada la retirada), se hará teniendo en cuenta los siguientes aspectos:

  • Es fundamental transmitir a la población, a los usuarios y a las personas   responsables de la gestión de playas de los ayuntamientos mediante campañas de educación ambiental las funciones clave que cumple este ecotono.
  • Debe evitarse la destrucción de los arribazones en vertederos y la extracción de arenas con la retirada de los mismos 2. Como alternativa a los vertederos durante el verano, los arribazones se pueden trasladar a zonas alejadas de la playa o depositarlos en la parte trasera para devolverlos a la playa una vez finalizada la temporada de baños.
  • Evitar retirarlos durante el invierno y la primavera, puesto que es la época con más temporales y cuando más se necesitan por su función protectora del litoral. Hacerlo en la época estival: desde mayo hasta octubre, y en el Mediterráneo desde junio hasta septiembre.

6. Gestión sostenible de residuos

La gestión de los residuos que se realiza en nuestras playas sigue la tónica de insostenibilidad que puede contemplarse en la gestión de residuos de la mayoría de los municipios de nuestro país. En ambos casos, prima el principio de hacer desaparecer la basura, no importa cómo ni a dónde vaya a parar.

La mayoría de municipios se apuntan a la limpieza mecánica, un sistema que en si mismo desnaturaliza las playas, rebajándose desde la categoría de ecosistema a la categoría de lugar destinado exclusivamente al disfrute de los seres humanos. El cribado realizado con tractores conlleva la alteración del equilibrio de la biodiversidad de las playas. La retirada indiscriminada de materia orgánica proveniente del mar: restos de algas, o fanerógamas marinas como Posidonia oceánica, interrumpe el desarrollo de microorganismos y fauna intersticial (afectando asimismo a especies de aves o reptiles que se alimentan de estos invertebrados) y desprotege los sedimentos. Esta eliminación periódica de los restos naturales acumulados supone la retirada involuntaria de gran cantidad de arena, que en muchos casos representa el grueso de las pérdidas de sedimentos. Para colmo, algunos sistemas mecanizados incorporan incluso métodos de “higienización” de la arena, lo que supone un auténtico disparate ambiental.

Además, la introducción de maquinaria pesada en las playas acarrea un impacto negativo por la compactación de la arena. Esto afecta también a especies que utilizan las playas o las dunas cercanas para su reproducción, como es el caso del chorlitejo patinegro, un ave en peligro de extinción que ha reducido drásticamente sus poblaciones nidificantes.

La alternativa a la actual gestión pasa, necesariamente, por restringir en lo posible la limpieza mecánica de las playas, introduciendo la limpieza manual de las mismas, un sistema más selectivo que permite dejar en la propia playa los restos naturales de especies como la Posidonia. Otra medida que consideramos muy necesaria es la retirada de las papeleras de las playas para su reubicación exclusivamente en los accesos a las mismas, dotándolas además de contenedores de recogida selectiva, en especial de recogida de envases. De esta manera se fomenta la responsabilidad de la ciudadanía para gestionar y reducir sus propios residuos.

Además de llevar a cabo acciones de sensibilización sobre el problema que acarrea la generación de residuos y las basuras marinas, otra medida clave a adoptar por los municipios es actualizar las ordenanzas municipales para poder incluir medidas obligatorias de prevención de plásticos de un solo uso en los chiringuitos: vasos, botellas, cubiertos, platos, pajitas, monodosis, etc. Por último, otra gran fuente de residuos es el tabaquismo. Para abordar la reducción esta práctica y la aparejada aparición de colillas en las playas es necesario establecer su prohibición total o al menos demarcar Espacios Libres de Humo en cada playa delimitados con banderas.

7. Eliminación de duchas y lavapiés

La presencia de duchas y lavapiés en las playas es un buen ejemplo de necesidad creada, cuya existencia se justifica en una supuesta comodidad y ante  cuya carencia, sobre todo en playas urbanas, las personas usuarias responden con fastidio y enojo. Lo cierto es que este “servicio” acarrea una serie de impactos que nunca se mencionan, pero que es necesario que se conozcan. El consumo de agua de duchas y lavapiés es muy importante, y aunque en muchas zonas se clora agua del mar para este uso, en otras zonas siguen utilizando la misma agua de la red potable, millones de metros cúbicos derrochados que acaban perdidos en la arena. En cualquier caso, se trate de agua potable o de agua de mar clorada, el uso indiscriminado de duchas y lavapies tiene efectos sobre los micro y macroorganismos de la propia playa y del mar (en ocasiones, cuando la playa es estrecha y la arena más compacta, este agua puede llegar a la misma orilla). A ello le unimos la propia instalación de los lavapiés, kilómetros de tuberías atravesando playas y descarnando dunas, obligando a frecuentes y costosas reparaciones tras fuertes temporales.

8. Concienciación ambiental

La concienciación ambiental es clave para transmitir a la población los valores ecológicos de las playas, y la importancia de conservar estos ecosistemas: su biodiversidad, su dinámica litoral y los servicios que nos ofrecen. La sostenibilidad de las playas pasa por una gestión adecuada que contribuya a preservar los ecosistemas litorales para las generaciones futuras. Sin embargo, en la mayoría de los casos, la aceptación y adecuado cumplimiento por parte de la ciudadanía de cualquiera de las medidas propuestas en el presente documento dependen de una buena campaña de concienciación que integre la participación ciudadana, para que las comunidades hagan suyan las medidas y estén adaptadas a las características de cada territorio. Puesto que para tener voluntad de cuidar y preservar el medio, hay primero que conocerlo.

Una adecuada cartelería interpretativa puede ser de mucha utilidad en cuestiones como la  gestión de residuos, la importancia de las praderas de fanerógamas marinas y el mantenimiento de los arribazones en las playas o la eliminación de duchas y lavapiés. Además son clave para dar a conocer y poner en valor el patrimonio natural y cultural de estos ecosistemas y la necesidad de su conservación, indicando los diferentes ecotonos que conforman las playas y la biodiversidad que los habita. Del mismo modo es necesaria una labor de concienciación activa, ofreciendo formaciones sobre las funciones de las playas como ecosistemas a los operarios responsables de la seguridad, limpieza y gestión de playas, e incluso a las personas usuarias de las  playas, que también podrían participar labores de seguimiento de las medidas que se implementen.

Además, los centros educativos podrían participar en las propias campañas de concienciación colaborando en la elaboración de carteles, o en proyectos municipales de ciencia ciudadana que se pueden llevar a cabo en las playas, de implementación y seguimiento del cumplimiento de medidas, de identificación de fauna y flora, etc.

9. Coordinación administrativa

En la gestión del espacio litoral, y concretamente de las playas, confluyen competencias de los tres niveles de la administración. Además de las Demarcaciones de Costas, que dependen del Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico, y se encargan de gestionar el Dominio Público Marítimo Terrestre, también tenemos competencias municipales, relacionadas con la vigilancia, la limpieza y el mantenimiento de las playas, así como de gestión de actividades e instalaciones que tienen lugar en las mismas. En caso de existir áreas protegidas que afectan al ámbito litoral, tanto marinas como terrestres, también tendremos competencias autonómicas.

Este solapamiento de competencias en un mismo espacio puede conllevar cierta conflictividad entre las diferentes administraciones en determinadas circunstancias, que a veces supone la dilatación de la resolución de problemas, al no quedar clara la administración competente en un asunto concreto.

Con el fin de evitar que el solapamiento de competencias derive en conflictos institucionales, desidia o inactividad, y para aumentar la eficacia en la gestión pública del espacio litoral, lo ideal sería que se contara con una figura como una “oficina técnica de coordinación interadministrativa del litoral” a  nivel provincial y/ autonómico, en la que se coordinen no sólo entre los tres niveles de la administración, sino también entre los diferentes departamentos de las mismas.

10. Restauración de playas degradadas

La degradación de las playas de nuestro litoral se ha acelerado durante las últimas décadas, principalmente por el turismo, que ha motivado la urbanización de los sistemas playa-duna, la agricultura y la pobre gestión del agua (limitando los aportes sedimentarios), la construcción de puertos o la invasión de especies exóticas.

Por si esto fuera poco, con el cambio climático se espera el aumento del nivel del mar, de la erosión costera y con ello la regresión de las playas, además del aumento de la frecuencia y la magnitud de las tormentas y las inundaciones. Ante estas previsiones la comunidad internacional ya reconoce las Soluciones basadas en la Naturaleza (SbN) como la mejor estrategia para fortalecer la capacidad de los ecosistemas de afrontar los retos que enfrentamos. Las SbN se centran en utilizar las características propias de la naturaleza para la defensa y la resiliencia de los ecosistemas, en este caso litorales, fortaleciendo su biodiversidad costera y las funciones y procesos naturales que tienen lugar en los mismos frente a estructuras y parches artificiales, que más bien han acrecentado el problema. Para lograr una defensa costera resiliente y multifuncional, puede ser necesario combinar acciones complementarias que faciliten la protección de la playa, el litoral y las dunas y, al mismo tiempo, permitan la conectividad ecológica.

Es fundamental, por tanto, restaurar las playas para restablecer su dinámica natural, recuperando los sistemas dunares cuando sea posible, eliminando todas las fuentes de contaminación acústica o lumínica, como chiringuitos o acceso de vehículos motorizados y parkings, evitando la llegada de aguas residuales o de retorno agrícola, y eliminando elementos que devuelvan a las playas su identidad como ecosistema.

CONCLUSIÓN

Una playa debe seguir siendo, en todo caso, un espacio natural, susceptible de uso y disfrute de las comunidades locales en la medida que el mismo no afecte a sus valores ambientales. Alterar el funcionamiento de nuestro medio ambiente tiene consecuencias y ya ha llegado la hora de acabar con la gestión cortoplacista y “en parches” de nuestro patrimonio natural. Revertir la situación o paliar sus efectos es posible en muchos casos, pero más difícil será cuanto más tiempo pase. Afrontar cambios en la gestión de nuestras playas resulta vital sobre todo con un horizonte climático donde se prevén más olas de calor, más eventos climáticos extremos y la erosión de las playas.

 

10 claves para la gestión sostenible de las playas

10 claus per a la gestió sostenible de les platges

Hondartzen kudeaketa iraunkorrerako 10 gako

10 chaves para a xestión sostible das praias

La entrada Decálogo para una gestión sostenible de las playas aparece primero en Ecologistas en Acción.

Enregistrer un commentaire

0 Commentaires