Ecologistas en Acción recurre la Autorización de Emisiones a la Atmósfera (AEA/SE/7/2022) del horno Crematorio de Mairena del Alcor.
El Ayuntamiento de Mairena del Alcor se propone instalar un crematorio sin tener en cuenta que hay más de cuatro mil personas, un colegio (C.E.I.P. Huerta Retiro) y un campo de deportes a menos de 1.000 metros. Tampoco parece disuasorio que ya funcionen tres tanatorios crematorios muy cerca: El Viso del Alcor (2 km), Alcalá de Guadaíra (10 km) y Carmona (17 km).
Ecologistas en Acción lamenta que la resolución de la Junta de Andalucía no valore, constate ni motive la autorización concedida, la cual acaba dándose como mero automatismo.
Sin embargo, la Delegación de Salud y Consumo, en su Valoración de Impacto (VIS), estima que hay 4.266 personas residentes dentro del radio de 1000 m, casi el doble de los 2.387 habitantes que reconoce la empresa promotora del crematorio. A menos de 500 metros viven unas 200 personas, por lo que en cualquier caso es incierto que, como dice la resolución recurrida, la instalación se encuentre a unos 400 metros de la zona habitada más próxima .
El informe de Salud y Consumo añade que el proceso debe incluir la participación ciudadana porque “si del resultado de la consulta pública se desprendiese que existe preocupación por parte de la población, deberá ser tenido en cuenta en la elaboración de un análisis preliminar de efectos en salud”. Una consulta que todavía no ha tenido lugar.
Por su parte, la promotora considera que “el impacto sobre el determinante aire ambiente es no significativo” olvidando que un horno crematorio es una instalación industrial de combustión que emite gases tóxicos incompatibles con usos residenciales1. Son principalmente dióxido de nitrógeno, dióxido de azufre, partículas y dioxinas y furanos, con propiedades cancerígenas, mutágenas y que pueden afectar a la reproducción.
Las cenizas residuales también son peligrosas: contienen dibenzodioxinas, dibenzofuranos, otros compuestos orgánicos y químicos, metales pesados e incluso microrganismos patógenos (virus y bacterias). Con frecuencia incluyen titanio, cromo, manganeso, hierro, bario, cobre, zinc, estroncio, estaño y plomo. Deben ser recogidas, transportadas y tratadas por un Gestor autorizado.
Los materiales radiactivos que resultan del uso de radioisótopos médicos constituyen un problema adicional. La incineración no afecta su vida media ni su descarga esperada de partículas y rayos ionizantes, y continúan por lo tanto siendo radiactivos de modo que la cremación puede generar residuos radiactivos de baja, media e incluso alta actividad.
Por último, la incineración de las amalgamas dentales volatiliza el mercurio que contienen. Recordemos que el mercurio es un metal pesado persistente extremadamente tóxico para los seres humanos, los ecosistemas y la vida silvestre, y que en dosis relativamente bajas puede afectar al desarrollo neurológico y a los sistemas cardiovascular, inmunológico y reproductor. Los más vulnerables a este metal pesado son las mujeres en edad fértil y la población infantil. Además, el mercurio disminuye la actividad microbiológica en el suelo y es una sustancia peligrosa prioritaria según la Unión Europea, la ONU y la OMS.
El Programa de Naciones Unidas para el Medio Ambiente recomienda filtrar las emisiones gaseosas de la cremación, pero los purificadores de gases de combustión son aparatos de control costosos y de alto mantenimiento.
Ecologistas en Acción ha solicitado que se anule la resolución y la autorización concedida y espera que se repitan los éxitos de Morón de la Frontera, Écija y Valencina de la Concepción, donde consiguieron evitar la puesta en marcha de los crematorios.
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