- La ruta ciclista de Ecologistas en Acción remató su periplo por tierras gallegas con una manifestación a pedales por Lugo y con un mensaje de solidaridad ante la oleada de incendios que están azotando gran parte de la península.
- Durante 13 etapas, el pelotón de la Ecomacha recorrió más de 700 kilómetros en los que visitó y dio su apoyo a múltiples plataformas vecinales defensoras del medio ambiente.
- La denuncia de diferentes explotaciones mineras, proyectos gasísticos y de macro parques eólicos, la demanda de una movilidad sostenible o el recordatorio de las catástrofes del Mar Egeo y del Prestige fueron algunos de los temas abordados.
El pelotón de Ecologistas en Acción, conformado por más de 100 personas, dijo adiós a Galiza, al dar por cerrada esta 11ª edición de la ruta ciclista. La marcha, en la que la ola de calor extremo no consiguió desanimar a las ciclistas, concatenó dos semanas de solidaridad con las causas ambientales y sociales que fueron encontrándose a su paso.
A lo largo de las primeras etapas, que discurrieron por la provincia de Pontevedra, el ecopelotón estuvo con la plataforma Touradas fóra de Pontevedra y con la Asociación en Defensa da ría de Pontevedra. Representantes de ambas asociaciones participaron en el acto inaugural de la Ecomarcha 2022 realizado en dicha ciudad.
Antes de adentrarse en la provincia de A Coruña, la Ecomarcha visitó el proyecto de custodia del territorio de O Coto de Erixiña en Cotobade y se reunió con las plataformas Eólica Así Non y Alarma Terra de Montes, cuya comarca está amenazada por el proyecto de explotación minera Alberta I y por una gran acomulación de autorizaciones de parques eólicos.
Camino a la ría Muros – Noia, la Ecomarcha hizo un alto en la mina de San Finx, donde vecinos de Lousame explicaron la gran amenaza ambiental que supone la reapertura de esta explotación minera. Esta tercera etapa acabó en Outes con la presentación en la Casa de la Cultura de la campaña “Humedales para la vida” de la federación ecologista gallega.
De pedaleo a la Costa da Morte, el pelotón realizó una manifestación ciclista por las calles de Compostela, desde la estación de tren hasta la plaza del Obradoiro, para reclamar avances reales en la transición energética que permitan superar la crisis climática de forma socialmente justa. En la misma plaza del Obradoiro, las ciclistas se reunieron con la plataforma Mina de Touro Non para escuchar la amenaza ambiental que supone para la cuenca del río Ulla el nuevo intento de retomar esta explotación minera.
En el ecuador de la Ecomarcha, la jornada de descanso coincidió en Camariñas con la celebración del Carmen, patrona de marineras y marineros. Y ya reanudada la marcha, durante las tres etapas que fueron norteando por la Costa da Morte, el pelotón verde pudo apreciar la continua agresión que sufren los brezales atlánticos por las plantaciones masivas e indiscriminadas de eucaliptos. En Carballo, visitó la peligrosa mina abandonada y sin restaurar de Monte Neme, un claro ejemplo del desastre ambiental que provoca la permisividad de las administraciones con la industria minera.
En su novena etapa, la Ecomarcha rodeó la Torre de Hércules para recordar el desastre del petrolero Mar Egeo que, hace 30 años, tiñó de negro el mar y cielo de la ciudad herculina. Antes de abandonar la ciudad de A Coruña, el pelotón circuló por el carril ciclista hasta la plaza de María Pita donde demandó más medidas que fomenten la movilidad sostenible.
Para la Ecomarcha, la planta regasificadora de Mugardos fue parada obligada. Delante de los depósitos de Reganosa y de la mano del Comité Cidadá de Emerxencia Social da ría de Ferrol, denunció la contribución de esta planta al colapso biológico da ría de Ferrol. También la irresponsabilidad de las administraciones que siguen invirtiendo en infraestructuras gasísticas cuando es necesario abandonar esta energía sucia para superar la crisis climática.
En la undécima etapa, la Ecomarcha hizo un alto para sumarse a los actos de protesta convocados por toda Galiza ante la grave situación ambiental y social provocada por la oleada de incendios que arrasan el territorio, debido a la precariedad y falta de medios en las labores de prevención y extinción de incendios forestales.
Dos largas etapas, con finales en Monfero y luego en Xermade, fueron necesarias para alcanzar la “Terra Cha” en Lugo. Hubo tiempo para visitar el parque natural de la Fragas do Eume, que presume de ser el bosque atlántico costero mejor conservado de Europa. También para reunirse con las plataformas Monfero di Non y Terra Cha, ambas preocupadas por la cantidad de macro parques eólicos que se proyectan en su comarca. “Eólica sí, pero así no” fue la reivindicación de la Ecomarcha en estos encuentros.
Ya en Lugo, el destino final, la Ecomarcha recorrió sus calles y paró en distintos sitios como el Club Fluvial para denunciar las agresiones ambientales en torno al río Miño. Además, el pelotón se concentró delante de la estación de ferrocarril para reivindicar la restitución de los trenes nocturnos.
Así transcurrieron las dos semanas en las que la Ecomarcha 2022 recorrió gran parte del territorio gallego bajo la consigna de “Sempre Máis”. “Siempre más con las personas que defienden su territorio de las agresiones ambientales, siempre más con todas las que luchan día a día por preservar un planeta verde y azul para las generaciones venideras. El futuro no puede ser el vertedero del presente”, declaró Roberto Vilela, portavoz de Ecoloxistas en Acción.
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