La nueva ola de calor que está sufriendo la Península Ibérica desde el fin de semana está provocando que se disparen los niveles de ozono en el aire, por efecto combinado de las altas temperaturas y de las emisiones contaminantes del tráfico motorizado y de algunas industrias.
En el caso de Valladolid, las seis estaciones que miden ozono de las redes municipal, de la central de cogeneración de Michelín y de la fábrica de Renault han superado durante el martes y el miércoles el objetivo establecido para este contaminante por la normativa, que es de 120 microgramos de ozono por metro cúbico de aire, medidos en periodos de 8 horas.
Al haberse previsto para hoy la tercera superación del objetivo legal, el Ayuntamiento de Valladolid debería activar con efecto ya desde mañana viernes las restricciones de circulación de la Situación 2 de su Plan de Alerta, incluyendo el cierre del centro urbano al tráfico motorizado, hasta que se supere el nuevo episodio de alta contaminación.
Demorar al sábado esta medida y otras como la reducción de la velocidad a 30 kilómetros por hora, el refuerzo del transporte público o la gratuidad de los aparcamientos disuasorios, impedirá atajar el actual episodio, como ya sucediera con otros anteriores en los que el retraso municipal en la adopción de las medidas remitió la mejora de la calidad del aire al domingo, por el acusado descenso del tráfico motorizado propio del último día de la semana.
En lo que llevamos de verano, es la tercera vez que el Ayuntamiento de Valladolid va a tener que activar la situación 2 del plan de alerta por calidad del aire. Junto al muy elevado calor estival de este año, esta situación es el resultado del repunte del tráfico motorizado en la ciudad y su área de influencia, tras el paréntesis que supuso la pandemia de la COVID-19.
Para atajar este aumento de las emisiones contaminantes del tráfico urbano, Ecologistas en Acción pide al Ayuntamiento de Valladolid que aplique ya desde otoño la zona de bajas emisiones aprobada para la ciudad, tal y como obliga la Ley estatal de Cambio Climático.
Asimismo, la organización ambiental reclama a la Junta de Castilla y León que elabore sin más dilación el preceptivo plan zonal de mejora de la calidad del aire de la aglomeración de Valladolid, formada por la capital y siete municipios de su entorno (Arroyo, Cistérniga, Fuensaldaña, Laguna, Renedo, Santovenia y Zaratán), con 367.000 habitantes.
El Plan de Mejora de la Calidad del Aire por Ozono Troposférico aprobado a finales del año pasado por el Gobierbo autonómico para toda Castilla y León se está demostrando ineficaz para reducir los niveles de este contaminante, toda vez que no contiene medidas concretas en las zonas más afectadas, por lo que Ecologistas en Acción lo ha recurrido judicialmente.
El ozono troposférico, también conocido como ozono “malo” por contraposición al de la estratosfera, es un contaminante secundario producido por la reacción entre la luz solar y el dióxido de nitrógeno y los hidrocarburos emitidos por los automóviles y algunas industrias.
Por inhalación, provoca un incremento del riesgo de enfermedades respiratorias agudas y reducción de la función pulmonar, así como el agravamiento de patologías cardiovasculares. La Agencia Europea de Medio Ambiente estima entre 1.500 y 1.800 las muertes prematuras anuales en España producidas como consecuencia de la exposición a niveles de ozono como los registrados estos días, una treintena de ellas en la ciudad de Valladolid.
El ozono, además de para las personas, es también tóxico para la vegetación, dañando el arbolado urbano, los parques y los bosques, y reduciendo la productividad de los cultivos.
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