Nuestro compañero Alberto Lentijo Herrero falleció junto con su padre Fernando Lentijo Poncela en un trágico atropello el domingo 30 de octubre mientras paseaban por la carretera del pueblo familiar, Velliza.
Alberto se hizo socio de Ecologistas en Acción de Valladolid hace 5 años, después de estar otros muchos simpatizando con la asociación y participando en distintas actividades.
Algunos le conocíamos ya de muchos años atrás, participativo siempre en campañas por la igualdad y la solidaridad, por un mundo justo y por un planeta verde y sostenible. También le conocíamos en su calidad de agricultor ecológico, poniendo en práctica sus conocimientos agronómicos en producir alimentos buenos sin dañar el entorno. Hace pocos meses, Alberto comenzó a trabajar en la Diputación de Valladolid, como jefe de cuadrillas forestales, un trabajo que seguro le reportó algo más de estabilidad económica en su complicada y poco reconocida actividad laboral de la producción ecológica.
Su formación como ingeniero agrícola, su sensibilidad hacia la preservación de un medio rural sano y vivo y el afinado conocimiento de la realidad integral de nuestros pueblos le llevaron a participar más activamente en las campañas referidas a la prevención de la contaminación de las aguas y los suelos por los nitratos, y especialmente, a la regulación de la ganadería industrial, que en los últimos años ha derivado en proyectos de macrogranjas muy nocivos para el medio ambiente y para la vida en nuestros pueblos y su desarrollo sostenible.
Alberto en estos años ha participado en distintas reuniones de plataformas de ámbito regional y estatal, dirigidas a poner freno a unas explotaciones que poco aportan a los pueblos y que causan muchos problemas en el entorno, consciente también de que estas instalaciones dan forma al modelo agroalimentario injusto y contaminante que impera en el planeta.
Alberto en los últimos tiempos reafirmó este compromiso haciéndose cargo del seguimiento de los proyectos más nocivos en la provincia de Valladolid, y participando en muchas iniciativas en la materia llevadas a cabo en Castilla y León, y dedicando su tiempo a tareas como la elaboración de alegaciones o a la medición de la concentración de nitratos en los pozos, fuentes y manantiales de la provincia. Conocimiento y sensibilidad al servicio de una pelea por mejorar nuestro mundo.
Alberto era serenidad y humildad, un compañero muy inquieto pero de un apacible sosiego con el que cobraba todo el sentido intentar hacer ver la necesidad de mejorar la realidad de emergencia global que nos rodea. Pensamos que allí donde esté le gustará que le recordemos así, dando la batalla pacíficamente y con su inigualable bondad.
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