- La crisis sanitaria del coronavirus SARS-CoV-2 pone en evidencia la fragilidad del sistema para afrontar nuevas amenazas naturales desconocidas. Si queremos ser capaces de evitar que esto vuelva a ocurrir, debemos atajar sus causas. Entre ellas, el cambio climático es central.
Patógenos congelados
El cambio climático provocará el deshielo de muchas regiones del planeta que llevan miles de años bajo cero. Entre el hielo es probable que se encuentren patógenos congelados que podrían generar nuevas pandemias.
Estos patógenos podrían ser tanto virus como bacterias. Podrían ser conocidos, como la considerada erradicada viruela o el bacilo del ántrax. O, peor aún, podrían ser desconocidos por la humanidad contemporánea, generando todavía más incertidumbre sobre la evolución de la amenaza.
No es necesario que lo que se esconda bajo el hielo sea un superpatógeno para que sea potencialmente grave. Por ejemplo, el virus SARS-CoV-2 es de la familia que normalmente nos causan resfriados comunes. Los patógenos congelados podrían ser relativamente inocuos al principio, pero, tras habitar a otros seres vivos, convertirse en más dañinos para los seres humanos tras una o varias zoonosis.
Desplazando endemias
El cambio climático puede, y ya lo está haciendo, permitir que regiones que por su clima se mantenían al margen de determinadas enfermedades infecciosas, pasen a ser vulnerables. Un ejemplo es la malaria, provocada por un protozoo en combinación de un mosquito que le hace de vector. Las heladas invernales protegen a muchas regiones del planeta de la presencia de este mosquito y por tanto del avance de la malaria. El cambio climático puede facilitar la expansión del área de distribución de este mosquito arrastrando consigo esta enfermedad que ahora mismo es la sexta causa de defunción en los países donde es endémica.
Pero la malaria es solo un ejemplo: muchas otras enfermedades infecciosas pueden ampliar su área de distribución acompañando el avance de las zonas cálidas de la Tierra provocadas por el cambio climático. El virus del ébola o el SARS son los ejemplos más conocidos entre los virus; el mosquito tigre lo es entre los vectores. Este mosquito puede trasmitir el dengue y de hecho ya lo ha empezado a hacer, aunque de momento solo de forma anecdótica.
#LaMejorVacuna
Gestionar la emergencia climática reduciendo drásticamente las emisiones de gases de efecto invernadero para evitar el aumento de 1,5 ºC de la temperatura media mundial es, además de un compromiso firmado por casi todos los gobiernos del mundo, una necesidad para evitar toda la problemática asociada al aumento del cambio climático. Las nuevas pandemias son una de estas problemáticas.
En la medida que el capitalismo es responsable de la crisis socioambiental que vivimos, necesitamos un sistema económico que en lugar de generar problemas globales los minimice y esté preparado para resistirlos. Por ello, Ecologistas en Acción apuesta por una economía ecológica, feminista y solidaria. Solo de este modo podemos gestionar correctamente la emergencia climática.
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