- La asociación Río Limpio – Ecologistas en Acción de Trebujena y la Federación Provincial de Ecologistas en Acción de Cádiz han celebrado en las Marismas de Trebujena la paralización del macroproyecto turístico-urbanístico y piden la reinundación de las marismas. En la actividad han participado un centenar de personas.
Hemos llevado a cabo una jornada festiva en las Marismas de Gabela Honda, Trebujena, con una ruta circular de diez kilómetros por los terrenos en los que se pretendía construir un macroproyecto, y por su entorno. La ruta ha partido desde las chozas marismeñas, pasando por el cerro de Gibraltar y llegando a la carretera del Práctico desde el caño de la Esparraguera, para terminar en la zona de marismas recientemente recuperadas, un ejemplo de lo que podría ser la explosión de biodiversidad si se regenera la totalidad de las marismas que se desecaron. La actividad culminó con una degustación gastronómica en el cortijo de Alventus. Dicha actividad se encuadró en la celebración del Día Mundial del Medio Ambiente (5 de junio).
En esta jornada se ha celebrado la reciente decisión de la Confederación Hidrográfica del Guadalquivir, que ha aprobado un informe vinculante desfavorable a la construcción del macroproyecto, por la inundabilidad propia de unos terrenos que están prácticamente a cota 0, como se ha podido apreciar durante el recorrido, y por la falta de recursos hídricos para la macrourbanización y el campo de golf. Exactamente los mismos argumentos que venimos invocando los ecologistas para oponernos durante dos décadas a este engendro ilegal.
Asimismo, se han planteado los siguientes pasos que se van a llevar a cabo desde Ecologistas en Acción, que pasan, en primer lugar, por solicitar al Ayuntamiento de Trebujena la desclasificación de los terrenos urbanizables del macroproyecto turístico-urbanístico para devolverlos a suelos rústicos no urbanizables especialmente protegidos. Y, posteriormente, estudiar la posibilidad de recuperar las marismas como zona naturalmente inundable y que, finalmente, éstas sean reconocidas con el derecho histórico de formar parte de Doñana.
De esta manera, se protegerían los terrenos de especuladores urbanísticos, se regeneraría la dinámica natural del ecosistema marismeño y se salvaguardaría el futuro de estos terrenos que, bajo el manto salino de los almajos, albergan un ecosistema fundamental para el Estuario del Guadalquivir.
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