NABU, la organización alemana con la que trabaja conjuntamente Ecologistas en Acción, presenta el ranking de compañías de cruceros de 2023.
El aumento de las emisiones de gases de efecto invernadero y la grave contaminación atmosférica siguen siendo los principales problemas de la industria de los cruceros. Así lo demuestra el ranking de cruceros de este año, que NABU presentó en Hamburgo el pasado 28 de junio.
Aunque se han hecho declaraciones que prometen operaciones más respetuosas con el clima, incluso los líderes Hurtigruten y Havila de Noruega, con 9 de 14 puntos posibles en el ranking, todavía quedan lejos de ser cruceros respetuosos con el medio ambiente según la metodología utilizada por NABU. Aunque la legislación internacional y la presión social hace que ninguna compañía pueda permitirse el lujo de no tomar medidas para reducir las emisiones, todavía existen grandes diferencias entre empresas, así como también dentro de las flotas de las empresas.
Los barcos existentes prácticamente no se están remodelando para ser más limpios, las mejoras se aplican casi exclusivamente a los nuevos barcos. La mayoría de los grandes barcos y cruceros siguen navegando con el fueloil pesado, un combustible especialmente tóxico, pero barato. La coalición de ONGs ecologistas pide eliminarlo de una vez por todas, así como lo piden también más de 20.000 personas que han firmado el llamamiento para abandonar el fueloil pesado. La quema de este combustible tiene graves consecuencias para el clima, los ecosistemas y la salud humana.
Los proveedores de cruceros más pequeños son los que están haciendo una mayor apuesta por hacer menos contaminantes sus barcos. Además existen nuevas soluciones técnicas, de las que la ambiciosa regulación en Noruega es especialmente responsable. Allí, los requisitos para la entrada en los puertos han provocado un aumento de la innovación y los barcos se han visto obligados a adaptarse. Han incorporado alternativas como la conexión eléctrica al suelo y las baterías y los combustibles electrónicos basados en hidrógeno verde. Sin embargo, según Ecologistas en Acción, este último no puede considerarse la única solución para la descarbonización.
En Cataluña, actualmente se está tramitando el proyecto de ley del impuesto sobre las emisiones portuarias de los grandes barcos. Una propuesta pionera que fiscaliza la contaminación en los puertos, aunque en Ecologistas en Acción ven carencia de ambición y la posibilidad de que la aplicación de la ley pueda derivar en efectos no deseados en caso de no ejecutar las modificaciones pertinentes, como la incentivación del uso de GNL (gas natural licuado) o de los scrubbers (filtradores de contaminantes atmosféricos que inyecten el tóxicos en el agua marina).
Sönke Diesener, experto en transporte marítimo de NABU afirma que “Con el fin de desempeñar su papel en la consecución de los objetivos climáticos de París, la industria debe reducir drásticamente las emisiones a corto plazo. Pero de hecho, siguen aumentando. Es especialmente preocupante el gran aumento de emisiones de metano por el uso de GNL, más de 80 veces más perjudiciales para el clima que el CO2. Aquellos que hablan de una tecnología puente no están queriendo ver los múltiples problemas del GNL, desde el fracking que perjudica a los ecosistemas, hasta el metano como que actúa como asesino del clima».
Tanto las inversiones de las compañías navieras como las directrices políticas deberían estar claramente orientadas hacia la neutralidad climática. Sin embargo, este proceso no puede incluir combustibles sustitutivos perjudiciales por el clima. Además del GNL, los biocombustibles tampoco son adecuados.
En algunos puertos, donde los cruceros están atracados el 40 por ciento del tiempo, existen conexiones de energía al suelo que permiten no quemar combustible en los puertos. Los requerimientos establecidos por la UE para el uso de la energía terrestre son un avance en ese sentido. Sin embargo, el presidente de NABU, Malte Siegert, declara que «No hay excusas para quienes mantienen los motores en marcha en el puerto. Estos barcos deben tener denegada la entrada».
Desde Ecologistas en Acción se hace énfasis en el hecho de la incompatibilidad entre la industria crucerística y la protección del clima, y de la necesidad urgente de su regulación. Dídac Navarro de Ecologistas en Acció de Catalunya declara que “Más importante que las medidas para reducir el impacto de los barcos, es la reducción de la industria del transporte marítimo. Es necesario un decrecimiento urgente del sector y repensar qué medios de transporte son necesarios y cuáles no”.
Llamamiento para abandonar el fueloil pesado
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