Hace tres meses se agotaron todos los recursos naturales de los que disponíamos para este año y el 90% de estos recursos se han derrochado porque no se han recuperado. Esto significa que convivimos con sistemas sometidos a la extracción y el derroche insolente de recursos sin ningún tipo de circularidad.
Hasta ahora, los partidos políticos, en su mayoría, han mirado para otro lado, con discursos continuistas y vacíos, defendiendo los modelos de producción y consumo que ponen en peligro la sostenibilidad de la sociedad, sujeta a un planeta cada vez más enfermo.
Ante esta situación, la Alianza Residuo Cero pide a los partidos políticos que asuman el reto, superando las barreras de la inmediatez y comprometiéndose a avanzar hacia la sociedad residuo cero.
Para ello, han mandado a los representantes políticos 12 propuestas para las elecciones generales de julio de 2023. Estos son los tres ejes principales:
1. Calidad y salubridad antes que cantidad
Entre todas las fracciones que producimos como sociedad, la fracción orgánica es el recurso más fácilmente recuperable para que vuelva a tener su función esencial de nutrir la tierra como compost. A pesar de ello, actualmente es tratado como basura sin uso posterior.
Es urgente priorizar el despliegue de la recogida selectiva de la fracción orgánica y la elaboración de compost con criterios de calidad.
Por otro lado, el mundo científico hace años informa sobre la peligrosidad de las sustancias químicas actualmente presentes en envases de plástico u otros productos de consumo como los de higiene íntima —compresas, tampones, pañales, etc.— y cosmética.
Hay que asegurar que el sistema productivo no ponga en peligro la salud humana y los ecosistemas terrestres y acuáticos, prohibiendo el empleo de microplásticos en cosméticos, y el empleo de ftalatos y bisfenol A en los envases, especialmente alimentarios.
2. Alargar la vida de los objetos
Para reducir al máximo el uso injustificado e ineficiente de los recursos del planeta que, a la vez, hace peligrar la economía global y local, los objetos estarán diseñados para que duren el máximo de tiempo posible. Para ello es necesario:
Eliminar del mercado los productos de un solo uso (sean del material que sean) y fiscalizar la obsolescencia planificada;
Repensar los productos con criterios de ecodiseño, donde lo que se prioriza es la reutilización y la reparación – o sea, fomentar la logística del arreglar, el aprovechar y el limpiar en todos los flujos de productos (envases, textil, aparatos eléctricos y electrónicos…).
3. Optar por herramientas útiles y con sentido para la ciudadanía
El depósito es una herramienta monetaria para que no nos olvidemos de devolver un objeto que utilizamos durante un tiempo, y que después devolvemos. Lo emplean los pescadores con las cajas de plástico duro para transportar el pescado, los distribuidores para recuperar los palets de madera y, en muchos países, más de 40, la ciudadanía ya tiene incorporado en sus vidas el depósito para los envases de bebidas. Es un instrumento fácil para todo el mundo, que se entiende a la perfección y que, aparte de implantarlo en los envases de bebidas, puede ser útil en otros objetos: colillas, colchones, envases para el take away de café y comida, etc. Ya está más que visto y demostrado: debemos implantar el sistema de depósito y retorno para envases de bebidas y, por qué no, para otros productos.
Muchos de nuestros impuestos sirven para limpiar las calles y gestionar los residuos. Pero, ¿por qué? Actualmente, los productores no asumen los costes de la gestión del producto cuando este se convierte en residuo. Necesitamos herramientas que compensen a la ciudadanía. La industria debe pagar el 100% de los costes de la gestión de sus productos cuando estos se convierten en residuos. Se debe cumplir la Responsabilidad Ampliada del Productor.
Cuando se pasa una encuesta a la población preguntando si separa o no los residuos en casa, la mayoría, para ser políticamente correcto, dice que sí. Pero, ¿y si se individualizara de verdad la generación y la separación de los residuos? Un cambio de hábito puede producir un primer rechazo, pero la efectividad y la mejora en los índices de recogida, es absoluta. Por eso, es necesario apostar por sistemas de recogida como el “puerta a puerta” o el pago por generación.
Consulta las propuestas que las entidades que conforman la Alianza Residuo Cero han hecho llegar a los partidos políticos.
¿Verán los partidos más allá de sus propios intereses partidistas y cortoplacistas?
Acerca de la Alianza Residuo Cero
La Alianza Residuo Cero está formada por las entidades Amigos de la Tierra, Ecologistas en Acción, Greenpeace, Retorna, Rezero y Surfrider. Forma parte de Zero Waste Europe, plataforma formada por 30 organizaciones de 24 países europeos. Según esta plataforma, se entiende por “Residuo Cero” el modelo de gestión de residuos que trata de emular los ciclos de la naturaleza en los que todos los materiales descartados para un proceso son necesarios para otro uso, de manera pragmática y a largo plazo. Residuo Cero significa diseñar y gestionar los productos y los procesos de manera que se reduzca el volumen y la toxicidad de los residuos generados, se conserve y se recuperen todos los recursos y no se quemen ni entierren. La implementación de modelos Residuo Cero eliminaría todas las emisiones al aire, agua y suelo que amenazan en la actualidad a la salud humana, animal, vegetal y planetaria.
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