Gran parte de las aproximadamente 284 hectáreas calcinadas (44 %), pertenecen al Espacio Protegido Reserva Natural El Regajal-Mar de Ontigola incluido en la Red Natura 2000 europea, arrasando una parte importante del terreno en uno de los enclaves más emblemáticos de la región, por la singularidad en la existencia de varios ecosistemas de sustratos muy específicos y diferenciados.
El pasado 5 de julio, las chispas ocasionadas por un accidente de tráfico en el kilómetro 49 de la A-4 término de Aranjuez, ocasionó un incendio forestal debido al estado de abandono en que se encuentran las cunetas repletas de vegetación seca y/o agostada, dentro de los límites de la Reserva Natural, la citada vía rápida cruza el espacio partiendo en dos el cerro del Regajal dividiendo el ecosistema.
El ámbito incluido a su vez bajo la figura de Zona de Especial Protección para las Aves, Carrizales y Sotos de Aranjuez ZEC ES0000119, soporta una enorme huella ambiental provocada por grandes infraestructuras que atraviesan el territorio, incluido el túnel del AVE que durante su construcción hundió parte del terreno, debiendo reconstruirlo a cielo abierto (denuncia a la Fiscalía por Ecologistas en Acción).
Sobra comentar que la limpieza de cunetas y la distancia de seguridad con los límites del territorio protegido brillan por su ausencia, siendo responsabilidad de la administración estatal y regional.
El Regajal constituye una de las reservas de lepidópteros (mariposas) más importantes de Europa con especies endémicas de la península ibérica que se encuentran amenazadas, como Plebejus pylaon y Lolana iolas. El Mar de Ontigola es uno de los ecosistemas acuáticos más importantes de la Comunidad de Madrid. Tiene sus orígenes en 1552, cuando Felipe II ordenó la modificación y ampliación de la balsa que regulaba las aguas del Arroyo de Ontígola que regaban las huertas y jardines reales a través de la construcción de la Presa de Ontígola, contando con la participación de ilustres personajes como Juan Bautista de Toledo y Juan de Herrera. Por ello, la Reserva Natural además de ser una joya ambiental, supone un valioso patrimonio cultural.
El fuego ha quemado parcialmente la ribera sur de la laguna y parte del carrizal. Las zonas más dañadas han sido principalmente las laderas que dan al norte de la finca de El Regajal y el Montecillo. La flora y vegetación del interior de la reserva resultan fundamentales como plantas nutricias y cobijo para conservar las poblaciones de insectos sobre todo lepidópteros, habiendo censadas en la comarca más de 350 especies. La vegetación dominante en la zona está formada por coscoja o chaparro (Quercus coccifera), olivar, viñedo, retamar, espartal y matorral, además una antigua repoblación (14-15 años) con gran diversidad de especies se ha visto destruida; desconociendo el alcance general del siniestro incluida su fauna, aunque todo indica que la pérdida ambiental ha sido enorme. Para nuestra desgracia, tardaremos muchos años en volver a ver el espacio rehabilitado.
En cuanto a las tareas de extinción, dada la extensión y sobre todo lo errático de algunas parcelas salvadas del fuego junto a otras quemadas incluida una casa de doble planta que se encontraba habitada por dos familias, muy alejada de la fuente donde se inicia la combustión, induce a pensar con razón, en la tardanza en actuar de los medios operativos iniciales puestos a disposición, permitiendo que el fuego campara sin control por la zona, dado que el viento era el habitual en esta época; quizás también, el largo vallado cinegético existente al tratarse de fincas privadas, haya perjudicado la extinción.
Pero el apunte más importante, resulta contrastar como el estrecho cortafuegos de la línea ferroviaria de Cuenca, impidió alcanzar en gran medida el fuego al polígono industrial Gonzalo Chacón y la urbanización Rincón de Godoy con su pinar cercano, que hubiera sido catastrófico; mientras el amplio cortafuegos de la carretera de entrada sur a la ciudad con doble vía en ambos sentidos y muro central de hormigón, haya servido de poca contención, pues ha permitido que el frente de llamas saltara desde el Regajal llegando al Mar de Ontigola, incluso para mayor morbo, al día siguiente miércoles, el frente de fuego volvió a saltar la carretera pero a la inversa, desde El Montecillo hacia el Regajal.
Dicho episodio tan sorprendente como real, así como el descrito en el párrafo anterior, evidencia un claro comportamiento negligente de la Jefatura Operativa, cuya responsabilidad en la extinción pertenece a la Comunidad de Madrid.
Para la defensa contra los incendios, con carácter general, se deben llevar a cabo trabajos silvícolas preventivos sobre todo junto a los márgenes de carreteras u otras vías, especialmente en zonas próximas a los espacios protegidos; el mantenimiento de infraestructuras ligadas a la lucha contra los incendios forestales; y sobre todo dotar de medios materiales y personales rápidos y eficientes.
Desgraciadamente en este suceso de Aranjuez, todo ha fallado. Cabe resaltar que los edificios de la bodega Garip Regajal, sus viñas y olivos no han sufrido apenas daños, aunque el fuego alcanzo el límite de la finca.
Ecologistas en Acción muestra su preocupación por la regeneración de toda el área, dada la alteración e intensa degradación exterior en la zona. Respecto a la zona interior quemada, se trata de suelos pobres, áridos y escasa precipitación. Tardará años en recuperarse, pero habrá que confiar en la capacidad de resiliencia e impacto sobre las especies y Tipos de Hábitats de Interés Comunitario presentes en la Reserva, adaptadas a unas condiciones antrópicas y ambientales muy severas, duras y exigentes.
La organización ha solicitado a la Consejería de Medio Ambiente que realice un adecuado estudio de la repercusión del incendio sobre la Reserva Natural y el Espacio Red Natura 2000, lamentando el olvido y la falta de interés del citado organismo muestra por este magnífico enclave.
Resulta apropiado y viene a cuento recordar, el contencioso habitual entre Ayuntamiento y Patrimonio del Estado. Los primeros quieren devolver el espacio por no “poder” mantenerlo, los segundos se llaman andana y dicen que lo cedieron en su día. En este tira y afloja por la responsabilidad en la gestión de la Reserva Natural El Regajal-Mar de Ontigola, resulta mermada de forma considerable su conservación.
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