Colectivos, integrados en la Federación Ben Magec-Ecologistas en Acción, vienen siguiendo la movilización de los vecinos y vecinas de Garafía que, desde diciembre de 2022, tras la publicación en el BOP del Nuevo trazado de la carretera LP1 tramo: Las Tricias – Llano Negro. Isla de La Palma”, vienen organizándose y planteando posibles soluciones alternativas ante las consecuencias medioambientales, socioeconómicas y funcionales que este proyecto puede suponer para  Garafía y La Palma, en general.

Desde los colectivos federados, Asociación Biocultural La Foresta, La Centinela-Ecologistas en Acción de La Palma y Turcón-Ecologistas en Acción de Gran Canaria, contando con el apoyo de la Federación Ben Magec-Ecologistas en Acción de Canarias, se han remitido las correspondientes alegaciones como parte interesada en este procedimiento y siendo así partícipes junto a otros muchos colectivos sociales y personas a título individual que han manifestado su rechazo frontal a este nuevo e insostenible macroproyecto de carretera que, de ninguna manera va a solucionar las carencias y dificultades que actualmente padece el municipio.

Para las organizaciones de defensa medioambiental, las consecuencias sociales, económicas y medioambientales de esta obra podrían ser irreversibles si no lo remediamos. A la desmesurada cantidad de 85 millones de inversión (sin contar los más que seguros sobre costes añadidos), 6 km de asfalto, 9 viaductos, gran cantidad de hectáreas de parcelas de cultivo eliminadas, más de 43 bienes patrimoniales afectados directamente (sin contar las afecciones indirectas por la zona de influencia), 5 años de obras,  se uniría también la incomunicación de varios barrios del municipio (Cueva de Agua, Las Tricias, El Castillo, Los Colmeneros, Catela y otros núcleos) por la ausencia de conexiones con la nueva vía y una transformación radical de uno de los mejores atractivos turísticos de Garafía: su entorno rural.

Este proyecto viene a perpetuar una política de obras públicas en carreteras totalmente desfasada y que no tiene en cuenta la realidad de cada localización, su orografía, sus gentes, sus costumbres; muy al contrario pretende imponer un modelo de “anillos insulares” en todas las islas a costa de lo que sea.

La justificación de la necesidad de esta carretera parte de premisas infundadas y tendenciosas, cuando no falaces. La pretendida reducción de las distancias en más de la mitad del recorrido, la disminución del tiempo en 12 minutos, la reducción de la peligrosidad o del consumo de los vehículos, la mejora de la conectividad de los pueblos del norte con el resto de la isla, no se sostienen con ningún tipo de estudio riguroso de movilidad, siniestralidad o conectividad que avale tales datos además de referirse tan sólo a un tramo entre dos núcleos (Las Tricias y Llano Negro) y no cuenta para nada con el principal núcleo poblacional que es Santo Domingo donde residen más de 400 personas que no se beneficiarán de este recorte de tiempo y distancia planteado ya que seguirá siendo más rápido y fácil llegar a Puntagorda por la actual LP-114.

Sin embargo, no se han tenido en cuenta la eliminación de casi 200.000 m² de vegetación y zonas de cultivo, de la contaminación producida por la propia construcción de la carretera, de potenciar aún más el uso del vehículo privado en detrimento del transporte público entre otros, aspectos que sí contribuyen a aumentar la huella ecológica y el calentamiento global.

Pensar que esta nueva carretera va a suponer una mejora de la conectividad de los pueblos del norte con el resto de la isla, es no tener una visión clara de las auténticas necesidades o demandas de los mencionados pueblos. Este tipo de “vías rápidas” hacen de la supuesta conectividad una forma más rápida de abandonar los pueblos imposibilitando precisamente las sinergias socioeconómicas.

La filosofía de los programas de actuación del Plan de Infraestructuras de Transporte y Vivienda del Estado (PITVI) y de las Instituciones Europeas se basa en una visión global de la política de transporte centrada en la mejora de los servicios desde la óptica de la sostenibilidad y eficiencia económica. Así, los programas de actuación se orientan a la optimización de las infraestructuras existentes y a la realización de una planificación adecuada a las necesidades reales, dando prioridad al mantenimiento frente a la inversión en nueva infraestructura.

Por último cabe destacar la gran cantidad de errores de escritura y omisiones en el propio texto del proyecto, incorrecciones en el presupuesto que da la impresión de ser hechos con prisa y poco rigor. Por no decir de la cantidad de omisiones e imprecisiones del Estudio de Impacto Ambiental realizado por Evalúa Soluciones Ambientales S.L. que no goza precisamente del necesario rigor o transparencia.

El futuro de Garafía tendría que pasar por estrategias imaginativas que convirtieran vivir en Garafía en garantía de calidad de vida, dotar al municipio y a la comarca de los servicios esenciales de los que históricamente ha carecido, en políticas de desarrollo endógeno que revierta la tendencia a la despoblación y que disminuya la necesidad de desplazamientos. Apostar por nuevas y rápidas infraestructuras viarias en vez de mejorar las existentes hará que “ir a Garafía” se convierta en “pasar por Garafía” o, lo que es peor, “pasar de Garafía”.

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