La visita del Consejero de Cultura, Arturo Bernal, al enclave arqueológico de Carteia, en la mañana del lunes 24 de abril, no ha podido ser más decepcionante, para quienes veíamos una oportunidad en ella.
Se ha tratado de un acto para acallar las protestas que la ciudadanía del Campo de Gibraltar ha protagonizado ante el evidente abandono del yacimiento por parte de la administración responsable del mismo, la Junta de Andalucía, echando mano de argumentos que no convencen a nadie que vea un poco más allá de la superficie.
Para empezar, no queda clara la situación del excoordinador o coordinador, Francisco Alarcón, ya que este punto queda poco definido, puesto que él mismo duda de cuál es su papel en estos momentos en Carteia. No obstante, lo único que afirma es que el cierre que se produjo del yacimiento hace unas semanas, fue debido a la existencia de ramas y elementos vegetales en los caminos, cuando de sobra es sabido que esa fue una excusa falsa que dio el consejero en su visita a Algeciras con motivo de la inauguración de la exposición de Pérez Villalta, el 24 de marzo pasado y que nada tiene que ver con la realidad, que fue la no renovación del contrato de la guía del yacimiento. Además, respecto a sus comentarios acerca de que se está siguiendo una hipotética planificación, la pregunta es obvia, ¿quién va a coordinar esa planificación sin que exista una persona dedicada a la dirección del yacimiento? ¿Se va a hacer mediante teletrabajo?
Por otro lado, tenemos que alegrarnos de la presencia de la universidad de Cádiz, en la persona de José Ángel Expósito, que ha ilustrado sus manifestaciones con los trabajos que están llevando a cabo en la zona de piletas conocida como Jardín Romántico. Hay que decir, no obstante, que la presencia de la UCA es testimonial, puesto que la intervención a la que hace referencia ha durado exactamente una semana. Intervención que, obviamente, no se ocupa de las labores cotidianas del enclave. Nunca la investigación se ocupa de ellas. La investigación accede al yacimiento y desarrolla los estudios que tiene programados, desde luego imprescindibles para conocer el lugar, pero nada más. Las tareas de conservación, protección, prevención, difusión, visitas, además de las administrativas, no entran dentro de las actuaciones de ningún proyecto de investigación. Es decir, la seguridad del yacimiento, de ninguna manera se garantiza con la investigación.
Finalmente, las palabras del consejero nos han dejado un reguero de mentiras y críticas al ayuntamiento, por el que ha mostrado más interés en enfrentarse, que por el futuro del enclave.
A la pregunta sobre si la Consejería se plantea modificar la catalogación administrativa de enclave a conjunto arqueológico, responde con confusión y se desvía diciendo que en Carteia existe una plantilla de 7 personas, algo que no nos cuadra. Una guarda, una guía y tres operarios (una de ellas, a media jornada) sólo suman 5. En definitiva, unas declaraciones que causan una gran desazón porque transmiten inseguridad y falta de conocimiento de la realidad de un enclave en el que se reúne toda la problemática de una superficie cercana a las 30 hectáreas, lo que significa una actividad constante en tareas de mantenimiento, limpiezas, prevención, consolidación, tratamiento de restos arqueológicos, etc. por hablar sólo de lo referente a la conservación del bien.
Una visita que ha dejado patente el desconocimiento de las necesidades de nuestro patrimonio y el alejamiento de las políticas que deberían garantizar su preservación, por parte de quienes son sus responsables. Un paripé que a nadie convence y que no responde a la problemática que aqueja a Carteia.
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